Los hogares de Castellón son cada vez más pequeños y el parque de viviendas envejece. El parón del ladrillo empieza a pasar factura y cada vez son más construcciones residenciales que tienen 60 o incluso más años. Y a más edad, crece la posibilidad de que se conviertan en edificios de alto riesgo, con filtraciones y humedades, cornisas con un serio riesgo de desprendimiento.

De las 231.000 viviendas principales con las que cuenta la provincia, 40.600 han sido edificadas antes de 1950. En la práctica eso significa que el 17,5% tienen más de 65 años, siempre según los últimos datos del INE. De esta cantidad, algo más de 13.000 se levantaron antes de 1921, mientras que otras 4.800 lo hicieron entre 1921 y 1940.

Pese a que el parque de viviendas envejece, el grueso fueron construidas entre 1971 y 2000, fechas de las que datan casi 92.000 pisos y chalets de la provincia. El parón de la construcción se ha dejado notar y solamente 1.700 son posteriores al 2010.

Si se analizan el total de las construcciones (incluye viviendas principales, pero también pisos vacíos), el resultado es muy similar. Una de cada construcciones de Castellón fue levantada antes de 1950. En las comarcas del interior, los inmuebles tienen más años que en las localidades de la costa y, en prácticamente la totalidad de los municipios de menos de 500 habitantes, algo más de la mitad de las edificaciones son anteriores a 1950. Y un alto porcentaje llevan décadas vacías y sin mantenimiento.