La Confederación de Empresarios de Castellón (CEC), el órgano que representa a todos los empresarios de la provincia, se esforzó ayer en exhibir normalidad y unidad, si bien la realidad es que sigue latente una profunda crisis interna que pone en serio riesgo la continuidad del lobi castellonense, y que podría reiterarse en la junta directiva del jueves.

Así se constató ayer al término del desayuno de trabajo, aunque informal, que la actual junta directiva que preside José Roca celebró en el hotel Intur de Castellón para “ofrecer explicaciones”, tras la dimisión del vicepresidente de la CEC, Miguel González, a instancias de Ascer, por “discrepancias con la gestión de la confederación”, además de aportar los datos de las cuentas de los años 2013, 2014 y 2015, el proceso judicial abierto para dilucidar si hubo fraude en la celebración de unos cursos de formación en durante el año 2009, y presentar el presupuesto del 2016 y el plan de viabilidad a cinco años que debe ser la base para garantizar la continuidad de la asociación.

“No ha sido una reunión tensa. Ha sido normal”, remarcaba Roca al diario Mediterráneo a la salida del encuentro, al tiempo que añadía que “hemos coincidido todos los presentes en que queremos una confederación de Castellón, no ser una delegación de ningún otro sitio”, indicaba, en alusión a las pretensiones de la patronal autonómica Cierval de absorber al colectivo territorial de Castellón, asumiendo su representatividad, aprovechando su delicada situación económica.

¿NUEVA DIMISIÓN? // Sin embargo, más allá de los corrillos y las conversaciones distendidas, este rotativo ha podido saber que otro vicepresidente de la CEC, Carmelo Martínez, que ocupa el cargo en representación del sector del transporte, amagó ayer con una próxima renuncia de su cargo, en la línea de lo ocurrido con el representante de Ascer, por discrepancias también en la gestión de la entidad y falta de transparencia. Mediterráneo contactó con él para confirmar la amenaza, aunque declinó cualquier tipo de declaración acerca de esta postura, que sí fue ratificada por tres líderes empresariales distintos.

Las mismas fuentes, que pidieron confidencialidad, admitieron que Carmelo Martínez reconoció en su turno de palabra haber hablado con el presidente de Cierval esta semana, lo que puso en alerta a los presentes dado que es notoria las difíciles relaciones de esta con la CEC. Y que “no ha puesto fecha” a su anuncio, si bien no descartaron que “podría ser” en la próxima junta directiva de la CEC, el próximo jueves: “¿Si habrá movimientos en la junta del jueves? Ya lo veremos...”, dicen.

El presidente de la CEC, José Roca, defendió ayer las gestiones llevadas a cabo con el fin de salvar a la organización de la quiebra económica. Y sobre si la CEC podría entrar en concurso de acreedores, matizaba: “Como ha pasado en Alicante no, pero que corre peligro, sí... sería grave llegar a eso. Pero aún hay tiempo. Estamos avanzando y mejorando las cuentas y, con el apoyo de todos, no habrá problemas”.

Varios son los frentes que tiene abiertos la patronal castellonense en estos momentos --ver detalles en la información adjunta en la página 3--. Ayer, algunos representantes de las sectoriales que están integradas en la CEC volvían a insistir en que el presupuesto del año 2016 “es demasiado optimista y poco realista”, ya que incluye convenios y fondos que a día de hoy no están ni rubricados. Pero Roca defiende que “no puede ser más austero”. También hay quien apunta a que el proceso judicial abierto “resta credibilidad” a la entidad. H