Orpesa y Peñíscola son la primera y segunda localidad respectivamente con más pisos turísticos de la provincia, con una oferta de más de 3.000 inmuebles cada una. Atendiendo a los testimonios de los representantes del sector, el verano no está siendo bueno y las perspectivas no son mejores.

Francisco Ribera, director de Gran Hotel Peñíscola y presidente de Agretur, la Asociación de Empresarios Turísticos de Peñíscola, dibuja un panorama poco halagüeño. «En julio hubo una reactivación del turismo más baja de lo que esperábamos.

La media de la ocupación nunca ha sido superior al 40%», indica, algo inédito en una ciudad que suele colgar el cartel de completo todo el verano. ¿Y qué depara agosto? «No hay ninguna previsión, aunque con las noticias que está habiendo, las perspectivas son de ir hacia abajo. Se ha notado mucho la caída del visitante nacional, sobre todo el que llega de Cataluña o Aragón. Y el poco extranjero que viene, de Holanda o Francia, tampoco ha aparecido», señala.

Las consecuencias pueden ser muy serias para el sector local: «No se descarta que haya cierre de hoteles antes de que finalice agosto; no pueden aguantar».

Desde Orpesa José María López, presidente de la asociación de empresarios y del sector de cámpings de Ashotur, habla de una situación todavía más difícil: «Julio fue peor de lo que pensábamos, empezó mejor de lo que acabó. Al principio hubo un nivel de ocupación de un 40% o un 50% y al final era del 25%. La gente ha ido cogiendo miedo con las noticias, no hay más que anulaciones».

Alerta de cierres // «Lo único que se mueve es el fin de semana. Con esos niveles de llegada de turistas hay gente que no va a poder mantenerse», augura López, que ve comprensible que «los que nos visitan no quieran estar todo el día por ahí con mascarilla».

Otros destinos vacacionales, como Benicàssim o Moncofa, ven más atenuada esta problemática al ser destinos de segunda vivienda, no tan pendientes de captar la llegada de turistas.