La intensa y prolongada crisis económica ha hundido la compraventa de inmuebles en Castellón, territorio en el que, además, ha disparado la concentración de casas y terrenos en pocas manos, especialmente en los de más valor, los urbanos. Desde el 2006, uno de los últimos años de esplendor del boom del ladrillo, el número de propietarios de más de 50 bienes inmuebles en zona edificable se ha elevado un 135%, al pasar de 154 en aquel momento, a los 362 castellonenses que cuentan ahora con este volumen de patrimonio inmobiliario.

Por tanto, de los últimos datos de la Dirección General del Catastro se desprende que apenas unos 360 ciudadanos acaparan al menos 11.800 pisos, casas, terrenos, garajes y trasteros.

el 5% tiene un tercio // Otra cifra que da idea de hasta que punto son pocos los que tienen mucho, es la que revela que únicamente el 5,4% de los propietarios poseen más del 28,9% del total de los inmuebles castellonenses. Son los 25.888 dueños de más de cinco bienes que, con una estimación conservadora a partir de las estadísticas oficiales, tienen a su nombre 204.952 propiedades de un total provincial de 707.201.

En cuanto a las parcelas rústicas, son 583 quienes poseen más de 50. En este caso el crecimiento desde el 2006 es notablemente más suave, ya que supone solo un 14%, al contabilizarse un alza en términos absolutos de 73 personas a lo largo de la década.

Durante estos diez años se ha producido una profunda recesión que ha cambiado los hábitos de consumo en la transmisión de viviendas, conteniendo a las familias más modestas y animando a las que tuvieran más disponibilidad presupuestaria a adquirir inmuebles aprovechando la bajada de precios. Entre estos propietarios se incluyen grandes capitales, sociedades inmobiliarias y entidades financieras.

más causas // El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Castellón, Francisco Nomdedéu, explica que “la clase media va adelgazando; ya no lo es tanto, entre otras razones porque ha tenido que ir vendiendo su patrimonio durante la crisis para obtener dinero de forma urgente”.

Según Nomdedéu, “garajes, terrenos y viviendas se han malvendido, incluso, para conseguir recursos rápido, y el inversor que siempre ha tenido dinero y capacidad de financiación, estaba al acecho y ha comprado”.

El experto asegura que “ha habido no pocos casos en Castellón en los que la gente se ha visto obligada a vender su primera vivienda” por las dificultades para pagar la hipoteca y, además, hacer frente a otras deudas, y ha pasado a vivir de alquiler.

Otra causa para la concentración está en el alto número de personas que han perdido sus viviendas, garajes o terrenos a través de procesos de embargo, precisamente por no estar en condiciones de afrontar sus compromisos de pago. Como consecuencia, las entidades financieras han acumulado a su vez las propiedades, en forma de activos denominados como tóxicos por las tremendas dificultades para sacarlas al mercado en plena crisis y que se venden poco a poco. H