La política no solo son votos en las urnas. También son aritmética. Y las del pasado 26 de junio arrojan un escenario político completamente distinto a las municipales del pasado mayo del 2015. Tal es así que el Partido Popular no solo ganaría en 112 de las 135 localidades --en diciembre fueron 106--, sino que estaría en disposición de recuperar la vara de mando en algunas de las plazas importantes, aunque, eso sí, en coalición con un partido bisagra como Ciudadanos, puesto que el ascenso en 8.000 votos no sería todavía suficiente para alcanzar mayorías absolutas que le permitieran gobernar en solitario.

Burriana, Benicarló, Onda, Segorbe, Nules... son algunas de las poblaciones que desde el pasado 13 de junio están en manos de las coaliciones de progreso, fruto de los acuerdos a dos, a tres e incluso a cuatro, y que bloquearon el acceso de los populares al poder.

Aunque es evidente que los ciudadanos no votan siguiendo el mismo patrón si se trata de unas elecciones municipales que unas generales, y sin olvidar tampoco que el juego de las coaliciones de A la Valenciana no se dio en los comiciones del 2015, la realidad es que, un año después del cambio político, los castellonenses han vuelto a escorarse hacia las opciones políticas de centro-derecha. Decisivo sería, en cualquier caso, el apoyo de la cuarta fuerza política en juego, la de Ciudadanos, en un escenario muy similar al vivido ahora en clave nacional.

Este es el caso de Almassora, ahora dos años en manos de Compromís y los dos siguientes del PSOE, que pierden la mayoría. O Benicarló, ahora controlada por el PSOE, donde la formación quedaría relegada a tercera fuerza, por detrás del PP y A la Valenciana. Lo mismo pasa en La Vall, gobernada por la socialista Tania Baños, cuya fuerza quedó el domingo relegada a la tercera posición, igual que en Burriana. Onda también podría cambiar.

Por su parte, en Betxí, uno de los mayores feudos de Compromís de la mano de su alcalde Alfred Remolar, donde gobierna por mayoría absoluta, los nacionalistas quedaron el domingo en segunda posición, por detrás del PP. Eso sí, un pacto con el PSOE les permitiría seguir mandando.

Donde no cambia nada es en Vinaròs. A la Valenciana fue la más votada en una ciudad donde desde hace un año manda la marca de Podemos con otros grupos.

¿Y en la Morella de Ximo Puig? Ganó el PSOE, pero solo por 66 votos de diferencia con el PP. Aun así, la suma de populares y Ciudadanos no alcanzaría el más que probable pacto de socialistas y nacionalistas, reteniendo pues su histórico bastión. H