El precio de la hanegada de cultivos citrícolas se ha derrumbado en la provincia de Castellón hasta los 3.000 euros (a pesar de que el IBI rústico es más barato). Así lo señalan tanto José Valles, gerente de la Cooperativa San Isidro de Castellón, como el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, quienes ponen de manifiesto que, como máximo, se pagaría ahora esa cantidad.

Atrás quedan, por tanto, los tiempos dorados en los que se llegaron a pagar hasta 30.000 euros por hanegada, una cantidad muy alejada de los precios actuales. Las bajas cotizaciones, junto a la escasa producción y la falta de rentabilidad, hicieron que muchos agricultores no profesionales,-o personas que habían heredado huertos sin tener tradición agrícola en la familia, optaran por abandonar las tierras, aunque este fenómeno «se ha frenado en la actualidad», explica Guinot. «Quienes optaron por dejarlas ya lo han hecho y, en estos momentos, incluso algunos agricultores están ampliando sus huertos en la medida en la que pueden», prosigue el máximo representante de la entidad agraria.

Esta situación, en palabras de Guinot, puede venir dada porque en la actualidad, «el agricultor va entendiendo el carácter empresarial del sector citrícola». No obstante, y a pesar de que este proceso se hace poco a poco, en la provincia aún predominan las pequeñas explotaciones.