Nochevieja es una de las pruebas de mayor resistencia. El último día del año puede acabar con una copiosa cena con la familia o con los amigos en casa, en la colla o en el casal, continuar con las 12 uvas a medianoche y culminar fundiéndose en un brindis de cava. También existe la opción de no hacer nada de lo anterior. O la de celebrarlo en el interior, en un alojamiento rural, donde hace semanas que han colgado el cartel de completo. O elegir un restaurante en el que cenar, escuchar las campanadas y estar de fiesta hasta altas horas de la madrugada. En Castellón hay opciones para todos los gustos y también para todos los bolsillos, aunque este año gana enteros la de cenar fuera de casa. Por eso encontrar una mesa libre en un restaurante de la capital, Benicàssim, Burriana o Vila-real es imposible. Y eso que este año los precios han subido.

La Sala Opal, en el Grao de Castellón, es uno de los locales de la provincia que ha colgado el cartel de completo. Mejor dicho, lo colgó hace más de un mes. «No hay una mesa libre desde hace más de cuatro semanas», apunta su gerente, Héctor Olaria. Opal ofrece este año un completo menú, uvas, cotillón, barra libre y reposar por 100 euros. «Una de las ventajas es que el TRAM funcionará durante toda la noche, con lo que te olvidas de coger el coche», describe.

El grupo Brisamar también lo tiene todo reservado y hace semanas que cuenta incluso con lista de espera. «En el restaurante terraza Brisamar de Betxí a finales de octubre ya estaban todas las mesas completas y en el Club Náutico de Castellón está lleno desde noviembre», concreta Silvia Franch, gerente del grupo gastronómico, que esa noche dará de cenar a casi un millar de personas. «Nochevieja va claramente a más y las reservas se hacen cada vez con más antelación», argumenta Franch, que asegura que otra tendencia que crece es salir a cenar con los niños. «Este año tenemos más niños que el año pasado y habrá monitores y una fiesta especial para ellos», cuenta.

Aquellos que buscan un ambiente de etiqueta, con una buena cena, con brindis y cotillón, deberán contar, en general, con un presupuesto que oscila entre los 90 y los 110 euros, unos diez euros más que el año pasado. Es la media en la provincia, aunque también hay posibilidad de cenar fuera de casa y pagar bastante menos, dado que hay restaurantes que ofrecen menús de fin de año (eso sí, sin fiesta ni barra libre) por 40 ó 50 euros.

CENA MÁS NOCHE DE HOTEL // Otra posibilidad es cenar y alojarse en un hotel de Castellón, Peñíscola o Orpesa. El Jaime I de la capital es uno de los establecimientos que ofrece esa opción. La cena cuesta 105 euros e incluye cotillón, fiesta con barra libre y resopón. El menú más una habitación para dos personas y desayuno vale 280. Marina d’Or, por su parte, también ha preparado un completo programa para fin de año que se ajusta a todos los presupuestos.

Otro clásico para dar la bienvenida al nuevo año es el turismo rural. Y las perspectivas son más que optimistas. Después de cerrar un puente de la Inmaculada al 100%, en fin de año volverá a suceder lo mismo, y las previsiones de la Diputación hablan de una ocupación del 96%. En la costa será del 85%. «Al coincidir Nochevieja en domingo, la estancia se alarga a todo el fin de semana, algo que es especialmente beneficioso para los alojamientos, pero que también provocará un efecto positivo en la oferta complementaria», dice Andrés Martínez, vicepresidente provincial de Turismo.