El corredor mediterráneo, el servicio de Cercanías o una sustancial mejora de la actual red viaria componen buena parte de las reivindicaciones que el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, trasladó ayer al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, durante la reunión que mantuvieron por la tarde en Valencia, en la que el jefe del Consell pidió al Gobierno central «lealtad institucional» y que tenga en cuenta las inversiones conforme al peso poblacional, que permitan acabar con la «discriminación histórica» hacia esta Comunitat en materia de infraestructuras.

Puig agradeció el buen talante y receptividad del ministro a sus reclamaciones, aunque incidió en que «no solo con talante se consiguen infraestructuras fundamentales». El president llegó a la reunión cargado con un amplio paquete de reivindicaciones también para la provincia de Castellón (que se detalla en el apartado anexo), entre las que destacaron actuaciones en materia de carreteras y acondicionamiento de estaciones y apeaderos en numerosos municipios castellonenses.

En lo que se refiere al Corredor, este asunto centró buena parte de la conversación al ser «una obra fundamental». El ministro no dio fechas, pero se comprometió a «agilizar al máximo los plazos». En cuanto a los Cercanías, anunció la puesta en marcha de un plan conjunto con la Generalitat para mejorar el servicio.

COMPETENCIAS // Sobre la posible transferencia de competencias en materia de Cercanías a la Generalitat, De la Serna se mostró partidario de que el Estado mantenga la titularidad, pero abierto a una coordinación para compartir con las comunidades autónomas la toma de decisiones.

Puig, por su parte, hizo especial énfasis en la necesidad de finalizar las obras de implantación del ancho estándar que permitan ya el transporte de mercancías entre la Comunitat y la frontera francesa y el de viajeros de alta velocidad, con la puesta en servicio del tramo Valencia-Castellón y de Castellón a Tarragona.