Tomar decisiones en una situación inédita como esta crisis sanitaria resulta complicado por los efectos colaterales que se generan. La barrera entre la salud y la economía resulta complicada de fijar. Ya pasó con el uso continuo de la mascarilla. El Consell se resistió a la medida hasta que toda España, excepto Madrid, que lo hizo el miércoles, la impuso y se vio obligada a publicar una normativa al respecto. Ahora lo mismo está ocurriendo con el ocio nocturno. Mientras cada vez más autonomías optan por prohibirlo o limitarlo a la mínima expresión, la Generalitat evita, por el momento, ir más allá.

Pero no todos dentro del seno del Consell son partidarios de mantener abiertas discotecas y pubs por los riesgos sanitarios que conllevan con rebrotes entre jóvenes asintomáticos que pueden transmitir la enfermedad a colectivos más vulnerables. El foco más grave de la provincia es el detectado en una discoteca de Peñíscola con 59 casos hasta la fecha. Sin ir más lejos, la número dos, la vicepresidenta, Mónica Oltra, mostró la víspera sus reticencias a seguir con los locales de ocio nocturno abiertos. El presidente, Ximo Puig, se opone a esta postura y ayer respondió a su socio de gobierno con el anuncio de un plan de vigilancia anticovid.

Ante la presión recibida desde sus socios de gobierno, pero con la intención de no cerrar locales, Puig anunció la puesta en marcha este fin de semana de «un plan específico de movilización de todas las fuerzas de seguridad y policiales para conseguir que haya un cumplimiento efectivo de las normas, tanto en el ocio nocturno como en el conjunto de actuaciones decretadas, como el uso de las mascarillas y los aforos en distintos ámbitos». Las multas van de los 60 a los 60.000 euros.

El jefe de Consell avanzó esta medida en el encuentro que mantuvo en el Palau de la Generalitat con los cónsules en la Comunitat de 26 países. El presidente remarcó que la movilización de efectivos pretende «generar la máxima seguridad advirtiendo que, efectivamente, no hay riesgo cero» ante la pandemia. «Por eso, cada empresa, cada establecimiento, cada ayuntamiento, al igual que la propia Generalitat, está obligado a tener la máxima dedicación para una Comunitat segura».

El portavoz socialista, Manolo Mata, lamentó que nadie «piensa que el diurno también contagia y que también existe riesgo en una fiesta en un chalé privado con 30 personas», mientras Fran Ferri (Compromís) cuestionó seguir manteniendo abiertos determinados espacios de ocio. Así, mostró la disparidad de criterios en el seno del Botànic en este tema. H