Puente de la Hispanidad con la pelota en el tejado del Palau de la Generalitat. Sucinta descripción esta de los días que transcurren entre el requerimiento de Mariano Rajoy a Carles Puigdemont y el vencimiento del plazo, el próximo lunes a las diez de la mañana. Según las voces consultadas por este diario, la intención del president, a cuatro días del fin del ultimátum -es decir, susceptible de vivir aún varios cambios- es devolver al tejado de la Moncloa el balón mediante el envío del discurso del propio Puigdemont en el pleno del pasado martes. A modo de notas a pie de página se podrían incluir algunas otras consideraciones. Estaría por ver si se adjunta la declaración de independencia en sí, firmada por los 72 diputados de Junts pel Sí, la CUP y Germà Gordó (independent).

Eso permitiría que quedara al arbitrio de la interpretación del presidente del Gobierno si debe o no aplicar, y cómo, el ya famoso artículo 155 de la Constitución. Lo que no hará Puigdemont será renegar, como pretende Rajoy, de la declaración en sí, aunque tampoco hará bandera.

Del sintagma declaración suspendida, el president reforzará la segunda parte por cuanto recoge la máxima voluntad del Govern ahora mismo, que es que haya un diálogo o negociación con el Estado. El discurso fue consensuado con sus socios de ERC y estos se mantiene fieles al jefe del Ejecutivo catalán, pero cualquier palabra que pueda sonar a renunciar al procés significaría la ruptura.

Los republicanos mantuvieron el miércoles por la noche una ejecutiva de urgencia «balsámica», apuntan fuentes de ERC ante la inquietud nacida del pleno del martes, en la que se abonó la voluntad de mantener la unidad a toda costa en estos días.

Mientras tanto, el PDECat sigue remando para desescalar el conflicto, vía negando que Puigdemont hiciera declaración de independencia alguna. Eso afirmó el diputado posconvergente en el Congreso Jordi Xuclà en Onda Cero. Según Xuclà, el president recogió los resultados del 1-O, pero no llegó a proclamar la secesión catalana, aunque eso no significa que no pueda proclamarla.