Las reclamaciones de cantidad, es decir por impagos, presentadas por los castellonenses este año muestran una evolución a la baja que encaja con múltiples indicadores que mejoran al ritmo del crecimiento de la economía, como la deuda con la banca, los periodos de pago o el empleo, tendencia que los pequeños empresarios de la provincia esperan que continúe en la misma línea.

El último informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre los efectos de la crisis económica en los órganos judiciales señala que en el primer trimestre de este año los juzgados de lo Social han registrado 351 expedientes por reclamación de cantidad, lo que supone una media de cuatro al día y un 15% menos que en el mismo periodo del 2016.

consolidación // En ese ejercicio, el total tramitado fue de 1.525 procesos, cifra que implicó un descenso del 6,3% sobre el año precedente, y que se situó ya cerca de los niveles previos a la recesión, en el 2007.

El presidente de la Confederación Valenciana de Comercio (Covaco) y de las pyme, el castellonense Cipriano Cortés, explica que «comienza a consolidarse la mejora económica y cada vez hay menos impagados». Según Cortés, «las empresas que han quedado son las más fuertes, después de que las más débiles cayeran con la crisis, por lo que la tasa de morosidad, que al principio bajaba también de forma importante por la menor actividad, tenemos la percepción de que ahora se está estabilizando».

El portavoz de las pyme de la provincia relata que «con la crisis, muchas personas se hicieron autónomos para tratar de crear el empleo que habían perdido y salir adelante, y lo hicieron con el aval de sus padres, de los que no pocos fueron desahuciados porque a los hijos les fue mal».

Desde el punto de vista de Cipriano Cortés, «todo el mundo ha aprendido y, no solo las pyme en el manejo de la cartera de clientes y vender con garantías de cobro, sino que los bancos ahora también van abriendo un poco el crédito, aunque con prudencia».

En cualquier caso, Cortés destaca que son muchas las firmas que necesitan financiación para circulante, especialmente las vinculadas a producciones temporales, como las agroalimentarias.