La rentabilidad de los hoteles del litoral castellonense, con el eje en Peñíscola y Benicàssim, que concentran la oferta de plazas, comienza a remontar, después de no pocos años de márgenes estancados para resistir los peores efectos de la dura crisis económica.

El último barómetro de rentabilidad de los destinos turísticos elaborado por la patronal turística Exceltur señala para la Costa del Azahar un alza del 10% del indicador Revpar --el ingreso por habitación disponible, el más importante medidor utilizado en la industria hotelera para valorar el rendimiento financiero-- en el primer cuatrimestre de este año, un periodo aún de temporada baja en la cosa provincial.

En este sentido, el vicepresidente de la Diputación de Castellón y diputado de Turismo, además de alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, señala que «este verano sigue la tendencia y también está creciendo la rentabilidad para las empresas después de años en los que se han sacrificado beneficios para mantener la actividad en funcionamiento».

Martínez recuerda que la evolución es positiva, como informó Mediterráneo, en el sentido de que se incrementan las pernoctaciones y el gasto de la mano de la mejora de la economía española y del consumo de las familias, teniendo en cuenta, matiza, que «el 80% de los turistas que recibe la provincia de Castellón procede del mercado nacional».

ALZA DE PRECIOS

Del lado de la patronal turística castellonense Ashotur, su asesor jurídico y empresario, Emilio Pin, confirma que «se está recuperando rentabilidad después de años malos en este sentido», y añade que, de hecho, «en esta temporada, el sector del alojamiento se ha permitido por primera vez en mucho tiempo subir los precios de las habitaciones» en la provincia.

No obstante, Pin matiza que el 10% de aumento de los beneficios que sitúa como media en el primer cuatrimestre del 2017 sobre el mismo periodo del 2016 el barómetro de Exceltur le parece «excesivo». Puntualiza que se trata de un promedio estadístico que, probablemente, no incluya a todos los establecimientos hoteleros, de los que hay «una gran variedad, y no todos tienen la capacidad para aportar datos precisos sobre su actividad».

Precisamente, en lo que se refiere a los precios medios por habitación en los hoteles de la costa castellonense, los números de Exceltur apuntan a un estancamiento o, incluso, ligeros descensos entre enero y abril, la mencionada temporada baja, guarismos que cambiarán cuando se conozcan las estadísticas del verano, en el que la ocupación hotelera prevista supera el 90%, con algunos establecimientos llenos y el valor de las habitaciones al alza.