«Para el puente de la Inmaculada no hay ni una sola plaza libre y, para fin de año, lo mismo». La frase la repiten estos días una y otra vez buena parte de los empresarios del sector del turismo rural de Castellón, que constatan cómo las costumbres han vuelto a cambiar y el turista se ha vuelto previsor. Nada de reserva a última hora. Las decisiones se anticipan y hay decenas de alojamientos del interior que hace meses han colgado el cartel de completo.

En Mas de Borrás no queda una habitación libre para los días 8, 9 y 10 de diciembre y en Nochevieja la situación es la misma. «Son fechas muy buenas, en las que siempre llenamos, y este año ocurre lo mismo», explica una de sus responsables, Lledó Agüera.

Si Mas de Borras hace semanas que está completo, en Vilafamés no queda una plaza libre desde el final del verano. «Para Nochevieja, por ejemplo, está todo al completo. Las reservas se han anticipado y no queda una casa libre desde hace tres meses», apunta Gabriel Mayo, propietario de dos alojamientos en esta localidad de la comarca de la Plana Alta.

Donde tampoco resta nada libre es en Morella. Chus Vives, propietaria de la Teulería, lo tiene todo completo desde hace varias semanas. «Morella en fechas señaladas siempre se llena y este año no ha sido una excepción», describe la empresaria.

Las reservas se anticipan y las estancias poco a poco se alargan. Si hasta hace nada lo habitual era que el cliente permaneciera una o dos noche en el mismo alojamiento, ahora lo normal son dos o tres días. «En muchos alojamientos, para estas fechas, fijamos como mínimo dos noches», coinciden la mayoría de los empresarios de la provincia consultados.

Hay decenas de casas rurales completas para diciembre y lo asombroso es que ya se están cerrando reservas para Semana Santa y eso que todavía quedan cuatro meses. «Muchas familias ya nos llaman preguntando por Pascua, lo que demuestra que la reserva se anticipa», insisten desde Mas de Borrás.