Vuelven las cenas de empresa y cada año lo hacen en fechas más tempranas. A más de un mes del inicio de las fiestas, y con las luces recién estrenadas, los restaurantes se suben al carro y comienzan a hacer negocio con el espíritu navideño. La buena marcha del consumo y, sobre todo, el temor a quedarse sin reserva, han urgido a los clientes, que ya no solo aceleran con la planificación, sino también con el momento elegido para sentarse a la mesa con los compañeros de trabajo o los colegas de la asociación o el club al que pertenecen.

Maite Balada, responsable de los salones Celebrity Lledó en la capital, confirma que las celebraciones empiezan cada año antes. «El pasado fin de semana lo tuvimos a tope, sobre todo, comidas y cenas de miembros de organizaciones y asociaciones», apunta la empresaria. «Hay mucha gente que prefiere quedar antes, ya que una vez entras de lleno en las fiestas hay menos tiempo y las posibilidades de elegir local son menores», añade.

Aunque durante los últimos fines semana hay locales de Castellón que ya han colgado el cartel de completo, el grueso de las comidas y cenas se espera a partir de la segunda semana de diciembre. «Los días 16 y 17 van a ser los más fuertes y lo tenemos a tope», explica Vicente Patiño, responsable de establecimienros como Gambrinus y The Temple Bar, ambos en la capital.

Los trabajadores volverán a llenar bares y restaurantes y las reservas cada vez se hacen con más antelación. «Hasta hace unos años lo normal era realizar la reserva a última hora. Este año, no obstante, hay un cambio de tendencia, y el cliente vuelve a anticiparse, quizás por el miedo a no encontrar local», dice Patiño.

MENÚS PARA TODOS LOS BOLSILLOS // Lo que no varía mucho son los gustos de los comensales y el precio medio pactado con el restaurante. Aunque las opciones son numerosas, los establecimientos consultados describen que lo normal son grupos de entre 8 y 30 personas, con un gasto que oscila entre los 25 y 35 euros.

Las expectativas surgidas este año con la campaña de Navidad invitan, de acuerdo con los hosteleros, al optimismo: los establecimientos de Castellón, aunque no lo harán de manera uniforme, cerrarán presumiblemente la temporada con mejores cifras de facturación que en 2015.