Los presupuestos de la Generalitat entraron ayer en Les Corts y lo hicieron sin el apoyo inicial suficiente para garantizar su aprobación, algo que hasta ahora no había ocurrido en la Comunitat, debido a las reticencias mostradas por Podem, que fía su respaldo a la tramitación parlamentaria.

Desde la formación morada, pese a estar «satisfechos» de los avances logrados en las negociaciones previas, se señaló ayer que el Consell tendrá que «avanzar en aspectos sobre vivienda o sanidad», señaló el portavoz de Podem, Antonio Estañ, quien ha convocado para mañana a la comisión del Pacte del Botànic, con el fin de debatir sobre estas cuentas del 2018 y el estado de salud del acuerdo de gobernabilidad que suscribieron con

PSPV-PSOE y Compromís.

Podem exige un plan de choque para vivienda, con 80 millones de euros anuales, la exención del pago farmacéutico a personas con ingresos menores al salario mínimo y cuyo coste evalúan en otros 81 millones. Además, pusieron de manifiesto su exigencia de poner en marcha una tasa turística, «con la que Compromís está bastante de acuerdo», señalaron.

La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, señaló su convencimiento de que habrá presupuestos porque se incluyen las reivindicaciones de Podem y subrayó que se trata del «mejor presupuesto que ha tenido la Comunitat Valenciana» dirigido a «rescatar a las personas».

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, por su parte, detalló que el asunto de la tasa turística sigue encima de la mesa y «estamos buscando un punto de acuerdo» para lograr el apoyo de las formaciones que componen el Pacte del Botànic. Al respecto, sí señaló que «hacer cosas en contra del criterio del sector no es la mejor manera de comenzar».

Finalmente, desde el PP, se volvió a tender una mano para aprobar los presupuestos, aunque advirtieron que serán tajantes a la hora de exigir que las inversiones por habitante se equiparen en las tres provincias, explicaron.