Una agenda escolar tiene la culpa. Si la portavoz de Educación del PP en Les Corts, la castellonense Beatriz Gascó, pidió ayer al president de la Generalitat, Ximo Puig, que retire de las competencias de Compromís la Conselleria de Educación y que se abra una investigación sobre «adoctrinamiento nacionalista» por la difusión de una agenda escolar con el mapa de los Països Catalans, el conseller Vicent Marzà devolvió la pelota al PP al señalar que el logotipo que lleva esa agenda es «de la anterior Conselleria --del PP--, no de la actual».

Marzà afirmó que la agenda «no ha sido validada por la Conselleria» por lo que no tienen nada que decir al respecto. Sobre las acusaciones de adoctrinamiento que hacen los populares, el conseller cree que estos «se desacreditan por sí mismos», y destacó que todos los currículos de los centros «emanan de la ley estatal y son los mismos que había cuando gobernaba el PP».

En este contexto es en el que también entró en escena Ciudadanos, cuya diputada Merche Ventura, también castellonense, consideró «inadmisible» la «utilización de material escolar con fines políticos» y anunció una batería de medidas contra el adoctrinamiento ideológico en la Comunitat Valenciana.

Añadió que su partido ha solicitado, además, una reunión con el Síndic de Greuges para que «defienda a los menores antes estos casos de manipulación».