Los problemas económicos y judiciales dejan a la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC) en riesgo de desaparición. El contexto convulso en el que vive instalada la patronal provincial durante el último año motivó ayer la dimisión de la cúpula directiva en bloque. A mediodía, el presidente de la CEC, José Roca, anunció por sorpresa a la junta directiva su dimisión “irrevocable”, según declaró a Mediterráneo a la salida de la reunión.

Lo hizo, “desmoralizado no, pero sí cansado”, como reflejaba su rostro a la salida de la sede de la patronal. Y también, como reconoció a este diario, condicionado por la dimisión de sus tres vicepresidentes: Fermín Renau (construcción), Cristóbal Bellés (Cepymec) y Carmelo Martínez (transporte). Los tres, poco antes, en el comité ejecutivo, le habían anunciado su renuncia al cargo (no al consejo ni a la junta) por la evidente falta de confianza en el equipo rector de la Confederación, al que le recriminan su falta evidente de transparencia.

De hecho, las dimisiones dejan muy tocado al secretario general de la entidad, Rafael Montero, y a quienes le acompañan en la gestión diaria de la organización empresarial. Eso sí, Montero no puso su cargo a disposición de la junta, ni tiene pensado hacerlo en breve, tal como transmitió en la reunión celebrada ayer.

nueva junta // La continuidad de Montero será seguro uno de los temas de los que más se hablará en los próximos días. Lo será en la junta directiva que ya se ha convocado para el jueves por la mañana, cuando se dará el primer paso para tratar de encontrar una fórmula que garantice el futuro de la CEC. La posibilidad de la que más se habló ayer fue de la constitución de una junta rectora que dirija la entidad hasta la designación de un nuevo presidente y vicepresidentes, algo que debe hacerse mediante una asamblea general y elecciones.

Pero por el momento no parece que nadie esté por la labor de dar el paso para asumir las riendas de la patronal provincial. Según pudo constatar este diario, en la junta y la reunión posterior, a la que asistieron los presidentes de la patronal autonómica (Cierval), José Vicente González; y valenciana (CEV), Salvador Navarro; el silencio fue una tónica destacable, una vez que Roca había dejado de ser el representante de los empresarios castellonenses.

septiembre // De hecho, Roca pidió a sus vicepresidentes que aplazasen su decisión hasta septiembre, y Montero hizo lo propio con todos ellos en la junta directiva, con el objetivo de tener más tiempo para tratar de encontrar alguna asociación que quiera asumir la responsabilidad de dirigir la patronal provincial.

Todo este maremágnum dejó en el aire el objetivo inicial de la junta directiva: la aprobación de los presupuestos de la CEC para este año y del plan de viabilidad con el que superar los problemas económicos y que esgrimen desde Cierval como argumento para absorber las funciones de la organización empresarial castello-nense, algo a lo que ayer mismo volvieron a oponerse la mayoría de los asociados de la CEC.

liquidez // Lo cierto es que hace meses que los presupuestos deberían estar aprobados y muchos en la junta directiva, como constató ayer este diario, ven complicado poder disponer de ingresos que cubran las cuentas que, a pesar de ser las más austeras de la Confederación en los últimos años, superan los 800.000 euros. Máxime cuando las aportaciones de los socios rondan los 200.000.

Sin ello es imposible dar salida al plan de viabilidad, que en opinión de Roca, “tras los esfuerzos que se han realizado con numerosas empresas en los últimos meses”, está encarrilado y es una buena fórmula para superar los problemas económicos, en gran parte motivados por las provisiones realizadas para cubrir posibles perjuicios derivados del juicio por los cursos de formación que instruye el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Nules. Además, en opinión del ya expresidente de la patronal provincial, ese plan de viabilidad “es la mejor fórmula para garantizar la independencia de la CEC frente a Cierval”. H