Miles de personas, pero menos que las de hace cuatro años, llenaron ayer los alrededores del Congreso, mientras se producía el debate de investidura en el que Mariano Rajoy fue elegido presidente del gobierno. Los convocantes, agrupados en la Coordinadora 25S, no querían incidentes «ni antes, ni durante, ni después», según dejó claro uno de sus portavoces, Luis Ocampo.

Lo consiguieron hasta que la dieron por «desconvocada», una vez leído el manifiesto en la Puerta del Sol. El acto solo se enturbió por unas decenas de manifestantes que increparon a la salida del hemiciclo a las diputadas de Ciudadanos Patricia Reyes y Begoña Villacís. Albert Rivera, por su parte, les mostró su apoyo en Twitter.

Hasta ese momento, abuelos, padres e hijos se unieron para protestar contra lo que consideran «una investidura ilegítima» en un ambiente festivo, en el que no faltaron actuaciones de la Solfónica -el grupo musical nacido del 15-M- ni insultos al PP y al PSOE, en los que quienes acapararon el protagonismo fueron los socialistas Susana Díaz y Felipe González.

«Vergüenza me daría ser Susana Díaz» o «Felipe golpista, eres un fascista» fueron las consignas más repetidas, que periódicamente se intercalaban con las habituales de las marchas de izquierdas, como «De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste» o «La lucha está en la calle y no en el Parlamento».

LOS POLÍTICOS ASISTENTES / Los políticos que se acercaron, el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, el diputado de Podemos Rafael Mayoral y el exdirigente de esta formación Juan Carlos Monedero, saludaron a los simpatizantes de Unidos Podemos desde el otro lado de la plaza de Neptuno y renunciaron a hacer declaraciones para no robar protagonismo a los convocantes de la marcha.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, no estuvo entre ellos, pese a decir en público que había podido «saludar a la gente que estaba concentrada» y que «había sido muy bonito». Después precisó que el saludo lo había hecho desde la entrada de Cedaceros a su llegada al Congreso, a unos 500 metros de la manifestación. H