Los nuevos costes en la recogida y tratamiento de las basuras a raíz de las inversiones para asegurar el servicio en el futuro harán que las tasas o la contribución directa o indirecta de casi 400.000 castellonenses residentes en 44 municipios de la comarca de la Plana -en torno al 65% de la población total de la provincia- se incremente una media del 7% por ciento más a lo largo del próximo año. Este porcentaje

coincide con el incremento del canon previsto en los presupuestos del consorcio Reciplasa para este próximo ejercicio, que irá destinado a afrontar los gastos de explotación.

Los diferentes criterios municipales que se dan en cada una de las poblaciones a las que da servicio la sociedad Reciclados de Residuos La Plana, con el propósito de repercutir estos gastos en su vecindario, tienen como denominador común el esfuerzo que se ha empleado por parte de los respectivos ayuntamientos para segmentar --y a la vez, modular-- el impacto económico que tendrá sobre la población a través de la redistribución de las cargas fiscales con tasas hiperreducidas para hogares desfavorecidos, congelaciones para inmuebles con valores catastrales bajos o adecuación de los importes a las particularidades comerciales. Sin embargo y por otro lado se gravará, por lo general, a los valores catastrales más altos o aquellos establecimientos que generan un mayor volumen de residuos.

CRITERIOS MUNICIPALES // Los municipios a los que da servicio el consorcio para la explotación de los residuos difieren en los criterios pero también en las formas, ya que mientras la mayoría gestiona estos importes a través de las correspondientes tasas, los hay que carecen de ella y prefieren tenerlas agregadas en un concepto común bajo el epígrafe del impuesto de bienes inmuebles (IBI) como es el caso de Vila-real o, simplemente, carecen de tasas de basuras y es el Ayuntamiento el que afronta estos importes de manera directa, como sucede en municipios como Benicàssim.

El incremento de los costes que deberán asumir vecinos y ayuntamientos de la Plana obedecen, sobre todo, a la necesidad de afrontar los planes de inversiones previstos hasta el 2020, que permitan contar con una renovada planta de tratamiento de Onda que, tras su ampliación, acoja todo el rechazo que se viene produciendo hasta ahora, lo que obliga ya a afrontar unos sobrecostes en materia de transporte y gestión que alcanzan los 7 millones de euros sobre un presupuesto total, previsto para el próximo año, de 13 millones.

Reciplasa ha incrementado sus cuentas previstas para el próximo año en un 7% con respecto al ejercicio anterior, cuyo porcentaje se desglosa en un 3%, que es la cantidad que se aplica para inversiones desde el 2012 y un 4% por la incorporación de nuevos costes de explotación derivados de la eliminación transitoria del residuo que no puede asumir la planta de Onda, cuyas obras de ampliación comenzarán ya a lo largo del 2017. El plan de gestión aprobado el pasado mes de septiembre por el consorcio de la zona C2 contempla inversiones hasta 2020 por un importe total de 41 millones de euros.

Las subidas progresivas que se dan en el seno de Reciplasa, cuyo presupuesto e incremento del 7% para el próximo año se acordó por unanimidad de los ocho municipios que componen su consejo de administración, persiguen afrontar la financiación de las obras a ejecutar en breve y que estas no supongan un gran incremento de los cánones que aportan los diferentes ayuntamientos, según señalan fuentes de la sociedad.

«De lo que se trata es de invertir para garantizar la modernización de las instalaciones», aseguran desde el consorcio, que ven necesario este esfuerzo no solo para resolver el problema de los rechazos, sino para lograr un futuro ahorro de costes en cuanto al tráfico de este material a otras zonas como es el caso actual de la planta de Cervera, a más de cien kilómetros de distancia.