Hay un dicho que dice que el saber no ocupa lugar. Por eso nadie pone en duda que los másteres y los doctorados suelen dar puntos si lo que se persigue es encontrar un buen empleo. Porque las estadísticas demuestras que, a más estudios, menos paro. Los datos del INE constatan que el paro entre quienes poseen un grado superior y un máster es 10 puntos inferior al de la población general. “Y en el caso de los doctores, la tasa de desempleo todavía es menor, del 5%”, resume Jesús Lancis, director de la Escuela de Doctorado de la Jaume I, quien subraya que “la constancia y la perseverancia son valores que van intrínsecos a los doctores”.

Aunque buena parte de quienes estudian un máster y un doctorado aspira a vivir de la docencia universitaria, en los campus reconocen que es imposible que en los próximos años puedan absorber toda la oferta. “Hay estudios de las universidades catalanas que indican que cerca del 40% de los sus doctores trabajan en el sector privado”, apunta Jesús Lancis.

Formarse durante años está muy bien, pero hay otros expertos que aseguran de los peligros de la titulitis. “Lo idea es terminar el grado, empezar a trabajar y continuar con formación”, defiende David Bort, director de la Escuela Superior de Negocios E&S de Castellón. Bort distingue entre título y formación. No es lo mismo. “Hay que saber elegir bien la institución dónde se realiza el posgrado”, añade. H