La mitad de los titulares de inmuebles urbanos de la provincia de Castellón, 237.181 de un total de 473.450, posee un solo bien, con toda probabilidad su vivienda habitual. A lo largo de la última década, y siempre según se desprende de los últimos datos emitidos por la Dirección General del Catastro, son además, los que menos crecen: apenas un 13%, frente a un alza media del 40% que aumenta el número de dueños de fincas urbanas en general, completamente alejados del 135% de subida que ha disparado el volumen del grupo de quienes tienen más de cincuenta propiedades.

De hecho, los incrementos aumentan en proporción al número de bienes, en una tendencia a la acumulación que se da en todos los tramos de titularidad.

En este sentido, el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) Francisco Nomdedéu, apunta que este es uno de los efectos más claros de la crisis y, a pesar del boom del ladrillo, que ha elevado el parque urbano, y de la mayor población, los propietarios de un solo inmueble crecen, aunque lo hagan de forma más modesta.

Nomdedéu explica que “mucha gente que tenía más de un bien, a lo mejor un apartamento y una plaza de garaje, además de su casa, ha tenido que desprenderse de todo menos de su primera residencia, de manera que ahora solo son titulares de un bien”.

En este sentido, en el capítulo de las propiedades rústicas, el total de quienes poseen alguna es de 179.070, lo que representa apenas 9.252 más que hace una década. Con un alza del 5,4%, son los que menos crecen y, aunque la tendencia a la acumulación también se produce en el contexto agrario, los cambios son sensiblemente más lentos y suaves que en el entorno urbano, marcado en mayor medida por la especulación. H