Dos castellonenses, vecinas de Burriana y Nules, que ya tienen el alta cuentan a 'Mediterráneo' su experiencia actual y las secuelas que el coronavirus les ha dejado a nivel físico y psicológico, su paso por el hospital y los duros momentos vividos en casa, con problemas que duran incluso meses después y les impiden llevar una vida normal. La experiencia no ha sido fácil y prefieren preservar su anonimato. Aunque, insisten, se sienten afortunadas por poder contarlo e instan a la responsabilidad de todos para superar la pandemia.

DE BURRIANA: "Ya trabajo pero sufro alopecia y ansiedad"

«Tengo el alta médica desde hace un par de meses y ya he vuelto al trabajo. El coronavirus te deja secuelas físicas, como una caída del cabello, que no es normal, lo pierdes a mechones. Y también psicológicas, como la ansiedad. Necesito todavía pastillas para dormir». Es la vivencia de una burrianense de 61 años a la que el paso de la enfermedad por su cuerpo todavía le impide llevar su vida anterior. Debe seguir un control con Neumología, con consulta y pruebas, cuando la citen para ello. Recuerda el comienzo, con fiebre a mitad de marzo. Todo se complicó alrededor de una semana más tarde, con tos y problemas para respirar, que la llevaron a llamar a Emergencias, y de ahí, directo al Hospital de la Plana de Vila-real. Dos semanas aislada en una habitación. Con todo, su estado no evolucionó a más grave. «No estuve en la UCI», señala. Tras esos 15 días ya saturaba bien de oxígeno y pudo regresar a casa y continuar una quincena más con precaución, utilizando un baño y habitación exclusiva solo para ella. Ya antes del verano pudo volver al trabajo, pero desde casa, para evitar riesgos de contagiarse de nuevo; y tras las vacaciones, ha vuelto ahora a la modalidad presencial. «Cuando recuerdo todo lo pasado, da respeto. En Burriana el coronavirus ha sido muy virulento. Tengo conocidos que han fallecido. No puedo llevar el ritmo de actividad que llevaba antes pero estoy bien. Quiero volver a mi vida normal», afirma.

DE NULES: "Esto no es un juego, sigo con rehabilitación"

Acude cada semana a rehabilitación física y neurológica, y al especialista en Neumología, para control. A sus 65 años, esta vecina de Nules es paciente poscovid. De la primera ola de enfermos. De marzo. Todo empezó con un lagrimeo, parecía alergia y mejoró algo con la medicación. Pero los síntomas se complicaron al cabo de tres días. Llegó la tos y la disnea, el cansancio y la sensación de falta de aire. Ahora sí, todo apuntaba al coronavirus. La llevaron al Hospital de la Plana, en Vila-real, y se confirmó: positiva, con neumonía bilateral. Sensación de ahogo cada vez más fuerte, tratamiento, altibajos... Pasó cinco semanas en planta y luego a la UCI, donde permaneció 65 días. Más de dos meses. Su hijo destaca lo agradecida que está toda la familia al equipo de sanitarios. No pudo huir de las complicaciones de ser una paciente de estancia prolongada en la UCI, que se sumaron a las del coronavirus. Infección de orina, coagulopatías, pérdida de peso e incluso un ictus estando intubada que complicó su recuperación al despertar, cuando lo detectaron. En el Hospital la Magdalena, al que también agradece su trato, siguió la rehabilitación. Y en julio, volvió a casa. «He vuelto a nacer y tengo que aprender de nuevo a caminar, vestirme, cocinar,...», dice. «Esto no es un juego ni una broma. Es importante llevar la mascarilla», concluye.