Entre la inevitable incertidumbre ante un proceso que nadie sabe cómo acabará y la confianza en que la racionalidad política se acabará imponiendo entre las partes en negociación. Así vive el sector turístico castellonense el momento de impasse previo al brexit, esto es, al momento de ruptura entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, que es uno de los principales mercados emisores de turistas a la provincia.

Con el objetivo de que la inseguridad geopolítica no afecte a la buena dinámica de visitantes de los últimos años, la Agència Valenciana de Turisme (AVT), la Diputación provincial y el Aeropuerto de Castellón están redoblando esfuerzos para fidelizar a los turistas ya existentes y para atraer a nuevos con acciones de márketing que buscan la segmentación del mercado.

El porqué de este interés está no solo en la estadística del último año sino en cómo ha evolucionado el mercado británico en la provincia. Aunque todavía no hay datos a cierre del 2017, entre enero y noviembre del año pasado llegaron a Castellón 41.820 visitantes procedentes de las islas británicas, según los datos del Patronato Provincial de Turismo. Esta cifra representa un incremento del 9,45% respecto al 2016, y supone un aumento de prácticamente un 25% si se compara con el 2015, año en el que el aeropuerto estrenó la conexión con Londres. Es decir, que la mejora de las conexiones ha posibilitado un importante incremento de las visitas y las pernoctaciones, y el sector entiende que existe potencial para continuar creciendo.

AUMENTAR LAS VISITAS

El reto para 2018, siempre teniendo en cuenta que en los próximos meses tendrá lugar una negociación imprevisible, es el de ganar visitantes respecto al 2017. El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, se mostró convencido de que Castellón, y por extensión el resto de la Comunitat, «sigue teniendo las mismas ventajas competitivas respecto a otras destinaciones». Entre ellas destacan el clima o la conexión directa con el aeropuerto, para cuyo director, Serafí Bernat, los vuelos a Londres son «fundamentales». «Es la línea que más pasajeros genera con los tres vuelos semanales», afirmó. Ahí están los datos para darle la razón, pues según un estudio autonómico, en la última temporada alta --de mayo a octubre-- llegaron al aeródromo de Vilanova d’Alcolea 15.340 turistas británicos.

Pese a las buenas cifras, la Agència Valenciana de Turismo y la Diputación aumentarán sus campañas de promoción turística y las acciones de márketing sobre el terreno. Según el diputado provincial de Turismo, Andrés Martínez, el ejecutivo de Moliner «invertirá 300.000 euros para estar presente en varias ferias, entre ellas, la World Travel Market», que se celebra en noviembre en Londres y que el año pasado sirvió para que turoperadores británicos «adquirieran productos de turismo activo en el interior de Castellón».

También Turismo estará presente en este evento, aunque para Colomer es clave acudir no solo a esta cita masiva sino trabajar para «diversificar el producto». «El inglés es un tipo de turista muy vinculado al sol y playa, pues existe una comunidad numerosa que vive en la provincia o tiene familiares aquí, pero detectamos que existe un creciente interés por otras experiencias en las que Castellón puede aportar mucho», indicó el dirigente castellonense.

Entre los ejemplos que ya explora la Generalitat están la observación de aves --se calcula que hay un millón de británicos aficionados a esta práctica--, el cicloturismo o el buceo. En este último caso, la AVT participará en una feria especializada en la ciudad de Birmingham.

NEGOCIACIÓN ABIERTA

Existen sobrados motivos para que todos los actores del sector redoblen esfuerzos en 2018 para garantizar que el turismo británico no se resienta. Y es que los próximos meses serán claves en la negociación del brexit. En marzo, la UE fijará su posición para buscar unida un acuerdo con la primera ministra, Theresa May. La previsión es que esté cerrado en junio -ya en plena temporada--, lo que daría tiempo a todas las partes para preparar la salida definitiva, que debe producirse el 29 de marzo del 2019.

Colomer, como los empresarios turísticos, aguardan con interés e incerteza las noticias que llegarán desde Bruselas y Londres, con la esperanza de que triunfe el llamado brexit suave. Lo contrario, una salida desordenada, tendría unas consecuencias imprevisibles sobre el turismo y otros sectores.