La vendimia está a punto de acabar. Tras casi un mes de trabajo, las bodegas y viticultores de la provincia se encuentran prácticamente al final de la campaña de recolección de la uva. La temporada, que este año empezó algo más tarde de lo habitual, se ha visto caracterizada por una producción ligeramente a la baja, aunque la calidad hace prever una añada «excepcional».

Ismael Sanjuán, presidente de la IGP Vins de Castelló, estima que este año la producción oscilará entre los 2 y los 2,5 millones de litros. «La falta de agua ha provocado un descenso en la producción, aunque como contrapartida no hay ni rastro de hongos, por lo que todos los granos de uva están en perfectas condiciones» sentencia el máximo responsable de la IGP, que asegura a su vez que una buena uva es el principio de un gran vino.

A mediados de septiembre las bodegas de la provincia comenzaron la recolección de las variedades más tempranas. Empezaron con macabeo y viognier, para seguir con tempranillo o garnacha. Y las perspectivas son de los más optimistas. «A finales del año pasado seguimos con el moscatell y el monastrell», apunta Juan Domingo Tárrega, gerente de la bodega Mas de Rander. Tárrega prevé este año entre un 30 y un 35% menos de producción que la temporada pasada, aunque con una calidad extraordinaria. “Este año se dan todas las bases para hacer un gran vino”, destaca.

A nivel nacional la previsión es la misma. Organizaciones agrarias como Asaja, COAG y UPA detallan que la producción nacional de vino será inferior a la del año pasado y rondará los 40 o 40,5 millones de hectolitros, mientras que en calidad las perspectivas apuntan a una añada «buena o excelente».

LA D.O. SE HACE ESPERAR // Con la previsión de una gran temporada, el gran reto al que se enfrentan las 12 bodegas encuadradas en la Indicación de Castellón es conseguir de una vez por todas la ansiada denominación de origen. Y la parte negativa es que, de momento, no hay novedad en el frente. Y ya van más de ocho años de lucha, pero la realidad es que todo sigue prácticamente igual que hace un año y en el sector reconocen que, en los últimos meses, se ha avanzado muy poco. «Seguimos pendientes de Bruselas. La Comisión es la que nos tienen que dar la conformidad, pero de momento no hay respuesta», reconoce Sanjuán.

Tras aprobar con nota, hace ya más de un año, el examen de la empresa Bureau Veritas que acreditan que la uva procede de viñedos de Castellón, y que tanto el proceso de elaboración como del embotellado se realizan en la provincia, solo queda que Bruselas dé, por fin, el visto bueno. «Bruselas tiene la última palabra y estamos pendientes, aunque de momento no hay novedad», añade el presidente de la IGP.

Cuando lo consiga, el sector de Castellón se unirá así a las 69 denominaciones de origen de vinos que hay en España. En la Comunitat Valenciana existen tres DO, dos en Valencia (Utiel-Requena y Valencia) y una en Alicante (Alicante). Y otra curiosidad más: la comunidad con más certificaciones es Cataluña, con 12.

Mientras llega ese respaldarazo definitivo al vino que se elabora en la provincia, el sector de Castellón sigue luchando por ser profeta en su tierra. Ferias, catas, degustaciones y acciones promocionales están contribuyendo a popularizar el vino que se elabora en la provincia. Proyectos como Ruta de Sabor también influyen. Pero todavía queda mucho por hacer. «Se ha avanzado mucho, aunque aún podemos ganar cuota de mercado en Castellón», sentencia Tárrega. H