“El 2015 fue para olvidar”. Lo reconoció ayer en la comparecencia de prensa el diputado Mario García, con la tranquilidad de saber que la situación este verano es mucho menos crítica que la del año pasado en lo que a presencia de mosquitos se refiere. Y es que 12 meses atrás, la intensidad de la plaga fue tal que se planteaba incluso la posibilidad de que se convirtiera en un factor clave para que los turistas optaran por no acercarse a la provincia.

Pese a que las primeras voces de advertencia sobre una futura masiva presencia del insecto en Castellón se remontan al 2014, fue en la primavera del año pasado cuando se empezó a percibir con claridad que el problema había llegado para quedarse. Las abundantes lluvias caídas en marzo y la subida de temperaturas facilitaron su aparición en una provincia que no estaba preparada para plantar cara a este mosquito. Cuando llegó el verano, se desató el pánico. Las farmacias se llenaban de vecinos con picaduras y se llegó al punto de que fue necesaria alguna hospitalización, sobre todo de niños y mayores.

No era para menos, ya que incluso la Unión Europea advertía de que la provincia era uno de los terrenos más castigados por esta problemática en todo el continente, según un estudio del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC).

el turismo, afectado // “Cuidadito con los mosquitos”. Era la advertencia que lanzaba en una web de viajes un turista que había visitado Orpesa, y no era el único. En portales como Tripadvisor, Booking o Zoover, las referencias a las molestias que causaba el insecto en localidades como Peñíscola, Benicàssim o Alcossebre eran constantes. Así, por ejemplo, otro visitante se quejaba de que se había pasado “tres días entre el centro de salud y la farmacia” tras alojarse en un camping de la Ribera de Cabanes.

Una muy mala publicidad que preocupó, y mucho, a la patronal turística castellonense, Ashotur. Su presidente, Carlos Escorihuela, calificaba la plaga, desde el punto de vista de restaurantes, hoteles y locales de ocio, de “insoportable”; y apuntaba que, de continuar así, el próximo verano “algunos locales tendrán que cerrar o ponerse mosquiteras, como hacen en África”.

Pero no fue este un problema exclusivo de la costa: municipios como l’Alcora, Betxí, Borriol, o la Vall d’Uixó tuvieron que empezar a fumigar también a finales del mes de agosto ante la evidencia de que el insecto tenía una presencia cada vez más importante.

COMPETENCIAS // Entre las Administraciones todo era descontrol y reproches. Determinar quién tenía la competencia para actuar centró gran parte de los esfuerzos durante esos días por parte de la Diputación y la Generalitat. Mientras, los castellonenses seguían sufriendo terribles picaduras.

El gobierno provincial miró hacia territorios que ya habían sufrido esta plaga y Mario García se desplazó a Huelva y Albacete, en busca de asesoramiento por parte de sus homólogos en estas diputaciones para intentar paliar la plaga. Ya desde octubre, se empezaron a poner en marcha actuaciones encaminadas a no volver a sufrir de nuevo un verano similar. De momento, parece que se ha conseguido. H