A largos días, largos trabajos. El matrimonio formado por Juan González, de Castelló, y Edelmira Ibáñez, natural de Villahermosa del Río, tiene, desde que se decretara el estado de alarma, más trabajo que nunca. La verdulería que regentan en la calle Herrero de la capital --frente al IES Juan Bautista Porcar-- tiene más de 50 años de historia y permanece abierta ocho horas al día (de 8.30 a 14.00 y de 17.00 a 19.30 horas) para llenar las neveras y despensas de muchos vecinos del barrio en plena cuarentena.

La pareja ha tomado la decisión de llevar también la compra a domicilio a muchos ancianos, clientes de toda la vida de su negocio, que se encuentran ahora en el colectivo de mayor riesgo frente a la amenza del coronavirus. «Tenemos que cuidarlos y ponérselo lo más fácil posible. Tienen nuestro teléfono y nos llaman para encargarnos todo aquello que les hace falta. Yo lo preparo todo, me lo cargo en un carro y se lo llevo hasta la puerta de su casa para que no tengan que pisar la calle», relata con cariño Juan González.

«Este negocio lo montó mi padre y luego yo le cogí el relevo. Tengo clientas a las que conozco desde hace medio siglo, la mayoría son de edad avanzada, y no puedo permitir que les pase nada malo», cuenta a Mediterráneo mientras prepara cinco pedidos, protegido por unos guantes.

Su mujer, armada con una mascarilla, coloca algunas cajas de fruta y verdura y asegura que «nunca había visto nada igual» a la situación actual. «Los primeros días fueron un caos. La gente tenía miedo y, aunque traíamos mucho género, se acababa en tiempo récord. Ahora parece que la cosa ya está más tranquila y que todos hemos entendido que esto va para largo», afirma, sin para ni un segundo de atender a sus vecinos.