El aplazamiento de la entrada en vigor de una declaración de independencia, se ha definido como la «vía eslovena», en clara referencia a los acuerdos de Brioni de 1991. Pero el caso de Eslovenia no puede entenderse separado de un proceso mucho más complejo y amplio como fue el de la desintegración de la antigua Yugoslavia. Eso es lo que ocurrió específicamente en Eslovenia.

Con las instituciones de Yugoslavia bloqueadas y en claro proceso de descomposición, Eslovenia celebró el 23 de diciembre de 1990 un referéndum en el que, con una participación del 93,3%, el 94,8% de los votos emitidos fueron favorables a la independencia (lo que equivalía a un 88,5% del total del censo).

Sin embargo, el Parlamento esloveno no aprobó las leyes para hacer efectiva la independencia hasta el 25 de junio de 1991. Ese mismo día, Eslovenia proclamó la independencia.

Al día siguiente, el Ejército Federal Yugoslavo (JNA), dividido sobre cómo actuar, inició una operación militar con el propósito de forzar a Liubliana a dar marcha atrás en la cuestión de la independencia. Así comenzó una guerra que duró 10 días, hasta el 7 de julio de 1991, y que causó 18 muertos en el lado esloveno y 44 en el lado del Ejército Federal Yugoslavo. La alarmante situación motivó que la Unión Europea (UE) se implicara a fondo y enviara un equipo negociador, formado por los ministros de Exteriores de Luxemburgo, Holanda e Italia.

El patrocinio de la UE

Las hostilidades terminaron el 7 de julio con la firma del acuerdo de Brioni, patrocinado por la UE, y suscrito por Yugolavia, Eslovenia y Croacia (que también había proclamado la independencia el mismo 25 de junio). El acuerdo pretendía crear un nuevo clima en el que fuera posible seguir negociando sobre el futuro de Yugoslavia. Tanto Eslovenia como Croacia aceptaron «suspender» todos los actos relacionados con la proclamación de la independencia durante tres meses. Once días después, el Ejército yugoslavo se retiró de Eslovenia. Pero el acuerdo de Brioni fue incapaz de detener la guerra en Croacia, mucho más sangrienta. Así pues, el pacto funcionó para Eslovenia, pero no para Croacia.

Reconocimientos

Obviamente, Croacia fue el primer país en reconocer a Eslovenia, el mismo 26 de junio de 1991. Pero pronto llegarían reconocimientos más destacados. En la segunda mitad de 1991, varios países surgidos de la desintegración de la Unión Soviética --las tres repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia), Georgia, Ucrania y Bielorusia-- reconocieron a Eslovenia. El 19 de diciembre de 1991 lo hicieron Islandia y Suecia y el 15 de enero de 1992, impulsados por Alemania, lo hicieron los países de la Unión Europea.

El 22 de mayo de 1992, Eslovenia se convirtió en miembro de pleno derecho de la ONU; el 14 de mayo de 1993 entró en el Consejo de Europa; el 29 de marzo del 2004 entró en la OTAN y el 1 de mayo del 2004 logró su ingreso en la UE.