Hace mucho tiempo que los videojuegos dejaron de ser un entretenimiento de niños. Guiones de película, bandas sonoras creadas por titanes de la música, actores que ponen voz y gestos a sus alter ego digitales a través de complejas técnicas de captación de movimiento... Los juegos digitales ya mueven en España más dinero que el cine y la música: 1.083 millones de euros en ventas en el 2015 (consolas y videojuegos), un 8,7% más que durante el año anterior. Y otro apunte más: en nuestro país ya hay 14 millones de usuarios, el 36% de la población, lo que le posiciona entre las 4 plazas europeas con un mayor número de gamers.

Pese a la magnitud de las cifras, el de los videojuegos no es solo un mundo de grandes compañías y proyectos multimillonarios. El mercado, cada vez más, está plagado de modestos estudios que tratan de hacerse un hueco en un nicho pujante pero no exento dificultades. Y Castellón es una excepción. Si hasta hace un par de años las empresas dedicadas al diseño y desarrollo de entretenimiento electrónico eran prácticamente testimoniales (Nerlaska, en Moncofa, y Ninja Fever, en Castellón están entre las pioneras) hoy el auge parece imparable y sus nombres casi impronunciables; Catnness Games Studios, Gamesonomuy, Pix Juegos, RAWR Lab, Teseo y el Minotauro... están entre las punteras.

La última edición del Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos, que cada año publica la Asociación española de productoras y desarrolladores de videojuegos (DEV), dibuja a la perfección el auge de esta industria. De hecho, la Comunitat Valenciana ha sido la que más ha crecido en número de empresas durante el pasado ejercicio, ocupando el 13,5% de la industria nacional y por encima de Andalucía y País Vasco, dos polos empresariales notables. Madrid y Barcelona acogen a las grandes multinacionales. Y, ¿cuántas hay en España? Ya son 400 de las que casi 60 están en territorio valenciano y, de ellas, casi una decena en Castellón. El número crece y, el empleo, también. Durante el último año la cifra de trabajadores del sector ha aumentado casi un 28%, la mayoría empleo joven y altamente cualificado.

En Castellón hay cantera porque hay talento. Y parte de la culpa la tiene la Universitat Jaume I (UJI). En septiembre del 2012 empezó su andadura el grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos y, en muy pocas semanas, saldrán de las aulas los primeros titulados. “Fuimos la primera universidad pública española en implantar este grado en la rama de Ingeniería y Arquitectura, y los resultados son muy satisfactorios”, apunta Miguel Chover, vicedirector de la titulación.

UNA TITULACIÓN ESTRELLA // Desde el primer día Videojuegos se convirtió en una de las titulaciones estrella de la universidad pública castellonense. En sus aulas se forman 240 alumnos y las 60 plazas que se ofertan cada año se quedan cortas, muy cortas. “Este año un centenar de alumnos se han quedado en lista de espera”, sentencia el vicedirector del grado, que destaca que un tercio de los alumnos son de Castellón, mientras que el resto procede de otras provincias españolas.

Que cada vez son más las empresas de Castellón que viven de los videojuegos es una realidad, pero el sector aún puede dar mucho más de sí. “Es un sector incipiente”, sentencia Miguel Chover. Puede dar más de sí y hacerlo más allá del concepto del entretenimiento. Porque el videojuego tiene múltiples aplicaciones y va mucho más allá que matar marcianitos. Un ejemplo: la empresa Cuatroochenta acaba de crear, junto a varios estudiantes del grado de Videojuegos de la UJI, un departamento de realidad virtual con el que pretende que los clientes de una azulejera se sumerjan de una forma nueva en una sala de exposiciones cerámica. H