No se sabe si Ángel María Villar podrá cumplir el próximo 29 de julio su 29º aniversario como presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) después de que la Guardia Civil le haya arrestado a primera hora de este martes, junto con su hijo Gorka y el vicepresidente Juan Padrón, entre otros, en una operación anticorrupción dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Se les acusa de haber cobrado comisiones por la organización de partidos internacionales de la selección y posibles tratos de favor de Villar hacia dirigentes de diferentes territoriales para conservar la presidencia y ser reelegido. Los agentes también se personaron en las sedes de varias federaciones, como la andaluza, la valenciana, la balear y la tinerfeña, para registrarlas o para requerir documentación.

Esta vez Villar no ha podido escapar de la alargada mano de la justicia. Después de tantos años sorteándola, la amenaza de la ley ha caído con todo su peso sobre el incombustible dirigente que acaba de ser reelegido en la poltrona federativa el pasado 22 de mayo, no sin polémica. Villar se ha enfrentado a todo el que no pensara como él, sea el Consejo Superior de Deportes, la propia Liga, los clubs o quien se interponga en su camino.

Sin embargo, esta vez se ha dado de bruces contra el juez, que le acusa de corrupción. Así lo testifican fuentes cercanas a la investigación, que está bajo secreto de sumario, que han asegurado a este diario que las pesquisas están en sus inicios y que se ha desencadenado la operación ante el riesgo de que se destruyan pruebas. Por ahora, no se ha podido cuantificar el perjuicio económico. Los agentes confían en aclarar la trama con la documentación intervenida en los registros.

Villar fue detenido en su domicilio a primera hora de la mañana. Tras un exhaustivo registro de su vivienda en busca de pruebas, el presidente de la RFEF ha regresado a la sede de la federación en Las Rozas. Lo ha hecho por la puerta principal, mirando al suelo y escoltado por varios guardias civiles.

Además de Villar, la Guardia Civil ha detenido también al vicepresidente económico de la RFEF, Juan Padrón, y al secretario de la federación tinerfeña, Ramón Hernández Baussou. Los delitos que se atribuye a los cuatro arrestados son administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y posible alzamientos de bienes, según sostiene la Fiscalía Anticorrupción, cuyos miembros, Esther González e Inma Violán, han coordinado la decena de registros practicados.

EN LOS CALABOZOS

Los agentes han registrado, entre otras viviendas y dependencias, el domicilio de Villar en Madrid y la sede de la RFEF, en Las Rozas. Está previsto que los detenidos pasen a disposición judicial mañana. Ayer Villar y su hijo quedaron arrestados en los calabozos de Las Rozas. El juez decidirá, tras interrogarles y un primer análisis de la documentación confiscada, si ingresan o no en la cárcel.

Durante la investigación, iniciada a primeros del 2016 a raíz de una denuncia del Consejo Superior de Deportes se pudo determinar cómo presuntamente Villar podría haber impulsado la celebración de partidos entre la selección española y equipos de otros países, «consiguiendo de esta manera contraprestaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en el beneficio de su hijo». Una de las empresas investigadas es Sports Advisers, el despacho de abogados donde figura Gorka Villar, y que desde su puesta en marcha en el 2011 podría haber obtenido millonarios beneficios.

Los investigadores han podido determinar cómo el vicepresidente económico de la federación, Juan Padrón, se habría excedido en sus facultades de administración del patrimonio de la federación, causando perjuicio a la misma, junto con el secretario general de la federación tinerfeña, en una operativa «continuada» de apropiación de fondos, a través del desvío a una sociedad gestionada por ambos. A través de las intervenciones telefónicas ordenadas por el juez, la Guardia Civil ha descubierto las supuestas maniobras ilegales.