Son apenas una treintena de pequeñas empresas. Los números que manejan nada tienen que ver con las cifras astronómicas de los gigantes del vino de la Rioja o la Ribera del Duero, pero las bodegas de Castellón mueven ficha y cada año se hacen más fuertes en el mercado internacional. Y el salto ha sido espectacular. Hace diez años exportaban caldos por valor de 311.000 euros. Hoy la cifra supera los 2,2 millones.

Pese a que la competencia es dura y el mercado complejo, cada vez son más los países que compran vinos elaborados en Castellón. En el 2015, y según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), los caldos de municipios como Vilafamés o Les Useres llegaron a 20 países del mundo, casi el doble que dos años antes, cuando eran apenas 11. «Poco a poco se va a más, aunque las cantidades todavía no son significativas. Lo que está claro es que el sector está haciendo un gran esfuerzo por salir al exterior», describe Ismael Sanjuán, presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vins de Castelló.

Parte del éxito exterior que han alcanzado los caldos de Castellón se debe a un solo país, Nigeria. Esta república africana de 173 millones de habitantes consume prácticamente la mitad de todo el vino que exporta la provincia. En el último año compró vinos por valor de un millón de euros. Argelia es el segundo destino, con 0,51 millones. El tercer destino es China, cuyo crecimiento también se ha disparado y lo ha hecho un 161%.

La bodega Mas de Rander, en Benlloch, es un ejemplo de empresas que cada día se hace más fuerte en el exterior. Sus vinos están presentes ya en países como Bélgica, Alemania, Estados Unidos e Italia. «A menudo, suele ser más fácil salir fuera que competir en el mercado nacional, donde existe aún una gran riojitis y riberitis», señala Juan Domingo Tárrega, gerente de la bodega.

A países como Francia, Alemania, Nigeria o China se acaban de unir ahora Japón y Corea del Sur, lugares a los que han ido a parar las 3.000 botellas de vino que en las últimas semanas han salido de la bodega Mayo García, en Vilafamés. «Este verano se puso en contacto con nosotros una empresa distribuidora de vinos internacionales con sede en Londres y que desarrolla su operatividad en esta zona. Buscaban una bodega pequeña que elaborara vinos de autor para incorporarlos a su catálogo de productos delicatessen», apunta Gabriel Mayo, responsable de la bodega, que confirma que en pocas semanas saldrá un segundo envío.

A CRUZAR LA FRONTERA // Cada vez son más los litros de vino producidos en Castellón que se venden al exterior y también cada día aumenta el número de bodegas y empresas comercializadoras de la provincia que cruzan la frontera. En el último ejercicio fueron 33, diez más que hace dos años. «La exportación ha sido para muchas bodegas una válvula de escape, una manera de cubrir el descenso en las ventas que se produjo en el mercado nacional nada más comenzar la crisis», apuntan en el sector. Eso sí, cada vez exportan más empresas de la provincia, pero la mayoría lo hacen en pequeñas cantidades H