La Vuelta, uno de los espectáculos deportivos más importantes y con mayor repercusión del mundo, hace escala, de nuevo, en Castellón. Lo hace, además, para albergar dos etapas relevantes, no solamente por lo que suceda en un recorrido propicio para el espectáculo ciclista, sino por el impacto, desde el punto de vista económico, que la llamada serpiente multicolor deje a su paso por la provincia, que, de nuevo, se sitúa en el escaparate mundial para vender lo mejor de sí misma: la dualidad mar-montaña.

La apuesta de la Diputación por La Vuelta, plasmada en que, por tercer año consecutivo, eche raíces por la provincia con jornadas de las que todo el mundo habla, permitirá promocionar Castellón no solo ante los miles de aficionados que sigan la evolución de la prueba desde las carreteras, sino también ante los millones de espectadores que la presencien a través de las imágenes de televisión y medios de difusión.

IMPACTO ECONÓMICO

Prueba de lo que significa el paso de esta competición deportiva de primer nivel y magnitud, es la presencia de periodistas y medios de comunicación de 190 países, así como el beneficio que supuso la edición del 2016 en la que también con dos etapas en suelo castellonense, la Diputación cifró el impacto económico directo en los dos millones de euros.

El gobierno provincial explota este impagable escaparate internacional para difundir el rico patrimonio natural, arquitectónico, histórico y gastronómico, aprovechando que discurrirá por hasta 25 poblaciones entre la etapa de hoy y la de mañana. Este miércoles (13.00 horas), Benicàssim da el pistoletazo de salida de la quinta etapa de la ronda ciclista española para llegar, después de 173,4 kilómetros y cinco altos puntuables (dos de segunda categoría y otro de tercera, incluyendo, la ascensión final a la ermita), al entorno de Santa Llúcia, próximo a Alcossebre (llegada prevista en torno a las 17.40 horas), reforzando esa dualidad mar-montaña que hacen de Castellón su principal seña de identidad.

Mañana, el pelotón partirá desde Vila-real (12.10 horas) para, después de recorrer la Plana Baixa y el corazón de la Serra Espadà, pondrá rumbo a tierras valencianas para acabar en Sagunt.

UN RECORRIDO MUY CUIDADO

Por lo tanto, se ha puesto un especial esmero en este nuevo paso de La Vuelta por Castellón. En palabras de Javier Moliner, presidente de la Diputación, se trata de un «trazado que, kilómetro a kilómetro, evoca la esencia de una provincia en la que la que el mar se funde con las montañas para crear el mejor escenario deportivo al aire libre del Mediterráneo».

Moliner resalta la apuesta de esta administración por «unir de nuevo los caminos de la provincia y La Vuelta». «Esta competición nos ofrece una impagable plataforma de difusión turística de las virtudes de la provincia, por lo que llevamos meses trabajando para que el paso del pelotón por Castellón sea, como ya lo fue el año pasado, un reflejo de lo mucho que la provincia puede ofrecer a sus visitantes», constata el presidente de la Diputación.

ESPECTÁCULO ASEGURADO

Desde el punto de vista meramente deportivo, Castellón será protagonista del intento de Chris Froome por lograr, en el mismo año, el doblete Tour-Vuelta, después de que ya haya subido al podio de la ronda francesa en cuatro ocasiones. El británico, además, llega líder, aunque las diferencias aún se miden en escasos segundos.

Además, esta edición de la Vuelta asiste a las últimas pedaladas de Alberto Contador, uno de los ciclistas con mejor palmarés de la última década.