Especialistas del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) y la Universidad de la Sorbona, en Francia, han concluido, después de estudiar durante 37 años el comportamiento de diferentes poblaciones de serpientes, que los procesos de envejecimiento se encuentran relacionados con los cambios de hábitat. Una leve variación en la ubicación espacial determina que algunas serpientes ancianas mantengan un rendimiento reproductivo y de supervivencia similar al de los ejemplares jóvenes.

Aunque la esperanza de vida y las características de los procesos de envejecimiento varían profundamente entre las distintas especies animales y vegetales, todas se ven afectadas por la senescencia. Dicho proceso marca importantes cambios celulares con el paso del tiempo, llevando a una suerte de "parálisis" celular que desemboca en las diferentes consecuencias propias del envejecimiento y el deterioro de los organismos vivos.

En algunas especies la senescencia es más fuerte, de esta manera la supervivencia y la reproducción disminuyen notoriamente con la edad. En otras variedades animales o vegetales, los ancianos mantienen un rendimiento reproductivo y de supervivencia similar al de los jóvenes, con indicadores muy bajos de senescencia. Finalmente, en algunos pocos casos, la supervivencia o la reproducción mejoran con la edad, provocando que la senescencia sea clasificada como negativa.

De acuerdo a una nota de prensa, los científicos franceses han logrado demostrar en su estudio con serpientes que la senescencia puede cambiar drásticamente en función del hábitat y los desplazamientos espaciales. Mientras algunos ejemplares sufren un envejecimiento rápido y contundente, por otro lado la senescencia es insignificante en individuos ubicados en lo que sería su "hábitat óptimo", incluso en las edades más avanzadas.

El hábitat determina el envejecimiento

La investigación, publicada en la revista especializada Journal of Animal Ecology, resalta la importancia del estudio de las serpientes teniendo en cuenta que se trata de una especie que sigue creciendo incluso hasta la edad adulta, con hembras que incrementan su potencial reproductivo a medida que aumenta su tamaño corporal.

Los expertos analizaron trayectorias individuales de envejecimiento de la víbora de Orsini, conocida con el nombre científico de Vipera ursinii. Utilizaron datos de un programa de marcado y recaptura llevado a cabo durante 37 años consecutivos en dos hábitats contiguos en Mont Ventoux, Francia. A través de las investigaciones lograron cuantificar la esperanza de vida y determinar la forma en la cual se manifiesta la senescencia, concretamente en cuanto a la supervivencia y la reproducción de los ejemplares de mayor edad.

Los resultados son contundentes: los científicos comprobaron que el rendimiento reproductivo y las habilidades de supervivencia cambian radicalmente en una escala geográfica muy pequeña. Cuando están en el hábitat indicado, las serpientes se mantienen estables sin importar su edad. Mientras tanto, en un lugar menos favorable, las víboras muestran notables condiciones de deterioro propias del envejecimiento.

Además de este descubrimiento, que confirma el impacto del área de residencia en las consecuencias del envejecimiento, los investigadores creen que su trabajo puede servir de impulso para nuevos estudios que exploren la forma en la cual el medio ambiente determina la evolución de la senescencia en las diferentes especies. Sostienen que sería útil conocer, por ejemplo, las características que debería tener el "hábitat ideal" para cada especie pensando en optimizar las condiciones de envejecimiento.

Referencia

Micro-geographic shift between negligible and actuarial senescence in a wild snake. Tully, T., Le Galliard, J.-F., & Baron, J.-P. Journal of Animal Ecology (2020).DOI:https://doi.org/10.1111/1365-2656.13317

Foto de portada:

Una de las serpientes capturadas y estudiadas por los científicos franceses en distintas etapas de su desarrollo, con el propósito de evaluar el impacto del cambio de hábitat en los indicadores de senescencia. Imagen: Thomas Tully.