Un análisis de esculturas de más de 3.500 años de antigüedad, que representan rostros humanos, ha descubierto que las expresiones faciales de nuestras emociones son las mismas en cualquier tiempo y cultura. Los resultados se han publicado en la revista Science Advances.

Científicamente se ha establecido con anterioridad a esta investigación que todas las personas, a lo largo de la historia, hemos podido conocer el estado emocional de los demás a partir de lo que refleja su rostro.

Darwin incluso estableció la hipótesis, apoyada en evidencias históricas, de que las expresiones faciales son innatas y universales, y que además tienen vínculos con las emociones humanas.

Sin embargo, no existe una evidencia definitiva que confirme esta hipótesis. Una investigación publicada en 2016 incluso demostró que la expresión de algunas emociones estaba influenciada por el contexto y la cultura.

Esculturas mesoamericanas

Esculturas mesoamericanas La nueva investigación pidió a 325 participantes de habla inglesa que miraran los rostros de una colección de 63 esculturas mesoamericanas recolectadas en México y América Central.

Las obras de arte fueron catalogadas en 30 categorías de emociones básicas (como la alegría) y otras 13 dimensiones emocionales más amplias (como la excitación).

Los participantes solo pudieron ver las caras de las esculturas, para evitar que su interpretación de las expresiones faciales estuviera condicionada por el contexto cultural de sus creadores. Solo tenían que asociar esas expresiones con las emociones humanas.

La investigación contó además con otros 114 participantes que intervinieron a través de Internet, pero tenían que proceder en sentido inverso al grupo anterior: tenían que decir si estaban de acuerdo con la interpretación de las expresiones faciales de las esculturas aportadas por los investigadores.

Cinco emociones distintas

Cinco emociones distintas Usando un análisis estadístico para determinar la similitud entre los juicios de las expresiones faciales y las expectativas de las emociones que alguien expresaría en los contextos, los investigadores descubrieron que la mayoría de los participantes interpretó los rostros de manera consistente.

También descubrieron que las obras de arte transmitían cinco emociones básicas: dolor (en el contexto de la tortura), determinación o tensión (en el contexto de levantar objetos pesados), ira (en el contexto del combate), euforia o alegría (en el contexto del contacto social o familiar,) y tristeza (en el contexto de estar preso).

Los investigadores consideran que este resultado demuestra que las expresiones faciales son impulsos involuntarios que han existido durante milenios, en lugar de contorsiones faciales nacidas de influencias culturales.

"Estos hallazgos apoyan la noción de que estamos preparados biológicamente para expresar ciertos estados emocionales con comportamientos particulares, arrojando luz sobre la naturaleza de nuestras respuestas a experiencias que se cree que dan sentido a nuestras vidas», escriben los investigadores en su artículo.

¿Universales?

¿Universales? Los investigadores desconocen si estos resultados se pueden aplicar a otras culturas antiguas, y señalan ejemplos de esculturas de antiguas culturas, como la egipcia, india o china, que podrían analizarse utilizando protocolos de estudio similares.

«Eventualmente estaríamos interesados ??en replicar este trabajo en otras culturas», señala el coautor Alan Cowen, del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Berkeley, en un comunicado.

«Por el momento, estamos centrados en estudiar la expresión emocional en la vida cotidiana en muchos países, con la ayuda de herramientas de aprendizaje automático», concluye.

La investigación, por tanto, no resuelve completamente la vieja incógnita planteada por Darwin: no solo no es reflejo de un número representativo de culturas, sino que tampoco abarca al conjunto de las emociones humanas.

Los autores reconocen además otras limitaciones potenciales de su trabajo: aunque la selección de esculturas ha sido meticulosa, persisten dudas sobre la autenticidad de todas ellas. Además, siempre queda la duda de que las esculturas recojan emociones reales de personajes de su época.

Referencia

Referencia Universal facial expressions uncovered in art of the ancient Americas: A computational approach. Alan S. Cowen and Dacher Keltner. Science Advances 19 Aug 2020: Vol. 6, no. 34, eabb1005. DOI: 10.1126/sciadv.abb1005