Vinaròs tiene en la playa del Fortí la que es la silla anfibia más antigua de toda la península. Tiene 20 años, y tal como explica el expresidente de Cocemfe Maestrat, Manolo Celma, que aún hoy en día la utiliza y le realiza personalmente el mantenimiento, “es más cómoda que las sillas anfibias actuales”. La silla continúa como nueva y totalmente operativa desde el mes de julio de 1997, cuando fue adquirida y utilizada por primera vez por él mismo.

Su historia se remonta a ese año, cuando Celma vio en TV3 un reportaje sobre la adquisición de una silla idéntica en un hotel de Mallorca para sus clientes. “Me puse a averiguar dónde la habían comprado y me enteré de que la había diseñado una ingeniera industrial que había tenido un accidente y había quedado parapléjica como yo. La chica era de Barcelona, pero residía en Sant Cugat del Vallés”, explica.

Celma se puso entonces en contacto con la Cruz Roja de Vinaròs que era la que en aquellos años se ocupaba de los puestos de socorrismo de la playa del Fortí. “Pensé que ellos podrían hacerse cargo de la silla anfibia y de ayudar a acceder a personas con movilidad reducida en el agua, aunque por aquellos años creo que el único que salía por la calle era yo, porque Vinaròs tenía muchas barreras arquitectónicas, aunque es cierto que en el paseo marítimo ya había rampas habilitadas para acceder a la playa”, recuerda.

La Cruz Roja le dijo que no habría problema y Celma fue entonces a proponérselo al concejal Juan Navarro, al cual le pareció una gran idea y se empeñó en adquirir la silla anfibia tras conseguir la aprobación del entonces alcalde Jacinto Moliner.

Todo esto, apunta Manolo Celma, sirvió para que la Generalitat se planteara el adaptar las playas de la Comunitat y adquirir también sillas anfibias. H