El próximo domingo, 7 de agosto, en Vinaròs, Vicente Soler cumplirá con su segundo paseíllo como matador de toros. Desde que tomó la alternativa en Magdalena, el de Burriana ha continuado, ante la falta de oportunidades, forjándose en silencio, creciendo como torero y evolucionando para aprovechar cualquier oportunidad que se le presente. “Tener una fecha como objetivo me ayuda a motivarme. Durante todos estos días he estado toreando varios novillos y vacas en el campo para llegar a Vinaròs lo más preparado posible. Así que los deberes están hechos y tengo plena confianza para afrontar mi segunda corrida como matador de toros con la mayor solvencia posible”, explica el joven torero.

DIFICULTADES // No es un 2016 fácil para los que acaban de entrar en el escalafón superior, que torean mucho menos de lo esperado. Vicente Soler es uno de esos jóvenes que se ha doctorado este año y a pesar de haber salido a hombros en Castellón, solo se le ha abierto una puerta: Vinaròs. “Sabía que iba a ser un año difícil, de ir paso a paso. Está muy complicado poder entrar en las ferias y en Francia, donde sabéis que me gané mi sitio desde novillero, he preferido ir más tarde, cuando esté más cuajado y maduro, porque es muy duro, hay plazas muy complicadas por el tipo de toro que se lidia. Ahora es tiempo de preparación, de crecer y en cada oportunidad, dar un puñetazo sobre la mesa y cortar las orejas”, detalla el diestro, antes de matizar que ni tan siquiera los ahora matadores que fueron líderes de los novilleros están teniendo oportunidades, como es el caso de Varea, con quien compartirá cartel en Vinaròs: “Veo que si para ellos es complicado y están apoderados por casas grandes, para mí lo es mucho más. Está difícil para todos, pero fácil para el que de verdad quiere ser figura. Yo mantengo la ilusión intacta, estoy notando una progresión y sé que cuando llegue mi momento, lo tendré que aprovechar. Ahora el camino es seguir creciendo, corregir todos los defectos y, poco a poco, ir modelando ese torero que quiero llegar a ser”.

TOREO PROFUNDO // Soler afronta la tarde de Vinaròs como una oportunidad para que el aficionado pueda conocer su lado más reposado del toreo, aquel que le valió para cortar una oreja a un novillo de Los Chospes en Madrid, o aquel que demostró en Valencia frente a un astado de Jandilla que podía torear a la verónica como los mejores capoteros del momento. “Siempre digo que lo mejor está por llegar, que falta que el aficionado vea a Vicente Soler con un toro que embista bien. Sé que no soy un torero artista, pero la gente se sorprendería con un Soler más reposado y con un toreo profundo y largo. Pero a mí no me gusta hablar aquí sino en la plaza, así que solo espero que en Vinaròs salga ese toro para poder demostrarlo”, explica con sinceridad el burrianense.

Y es que hasta ahora, las obligaciones de asumir su papel de novillero y verse en la necesidad de triunfar, así como el grado de seriedad de muchas novilladas que ha lidiado en Francia, han limitado su expresión artística. “Estos días he tentado novillos del Conde de la Corte que han hecho que me reencuentre con la mejor cara de mi toreo. Está claro que lo importante es que como torero deje buenas sensaciones, pero en mi situación también tengo que triunfar y salir a por todas, a lograr abrir la puerta grande. Espero y deseo que Vinaròs sea una plaza en la que sume un nuevo éxito este año”, concluye. H