-¿Qué es y para qué sirve la huella ecológica?
Es una manera de medir el uso que los humanos hacen de los recursos naturales del planeta. Es un índice que suma varios indicadores y tiene una medida teórica que es la hectárea global (gha), basada en la superficie productiva que hay en el planeta y en los océanos. Con ella se miden la huella ecológica y la biocapacidad. Nos permite ver cuán productivo es el planeta y también el consumo de recursos que realizamos. Se compone de producto forestal, la capacidad de absorción de emisiones de CO2, la huella de pasto, pesquera y agrícola y la cantidad de terreno que usamos para transporte y residencia.
-La biocapacidad de España crece, pero nuestra huella lo hace más rápido. Estamos en déficit ecológico desde hace más de 50 años ¿Qué supone eso?
Si todos los habitantes del mundo fuesen españoles harían falta dos planetas y medio para abastecerles. La huella ha bajado de 5,5 hectáreas a 3,9 por la pasada crisis y nuestro mayor impacto es en sumideros de carbono o zonas de bosque o agua para absorber ese CO2. Tenemos una importante huella pesquera y unos bosques a la deriva que se nos queman todos los años, por lo que hay que importar dos terceras partes de los productos forestales. Además, un 80% de nuestros ríos y humedales están sometidos a estrés.
-¿Queda margen para medidas que no sean radicales?
No hemos cambiado pese a conocer el problema desde hace años. Lo que tenemos que hacer es reducir el consumo de energía y alimentos. No puede ser que hace 40 años hubiera 1.200 millones de desnutridos y ahora haya 400 millones con el mismo problema y a la vez 1.700 millones de obesos.
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