Unos complementos que han venido para quedarse, al menos por ahora, son las mascarillas y geles hidroalcohólicos, que nos mantienen seguros de la covid-19. Sin embargo, el uso continuado de ambos métodos puede acabar dañándonos la piel del rostro y de las manos.

Las mascarillas, como consecuencia de mantener la piel siempre cubierta y el calor, pueden llegar a provocarnos desde rozaduras y acné, a dermatitis y rosácea. Así mismo, los geles hidroalcohólicos, e incluso los jabones normales en exceso, pueden resecarnos la piel e irritarla. Una de las zonas más afectadas son las orejas, como consecuencia de las gomas que sostienen nuestra mascarilla; la nariz, en la que esta se apoya; la barbilla y las mejillas. En las manos, los grandes perjudicados son los dedos, concretamente el espacio entre estos.

Es por ello que, ante el uso continuado de estos elementos de protección, proponemos una rutina para cuidar tu piel, que seguro que ayudará a mantenerla más saludable.

CÓMO CUIDAR LA PIEL EN CONTACTO CON LA MASCARILLA

Limpiar e hidratar generosamente la piel en contacto con la mascarilla es nuestra primera recomendación. De este modo, se elimina la suciedad que se pueda haber acumulado y se mantiene la hidratación tras haber utilizado el equipo de protección. ¡Pero recuerda! utiliza siempre jabones y cremas que sean aptas a tu tipo de piel.

Colocar otra crema que haga de barrera entre la mascarilla y la piel también es una buena opción para evitar los roces. Un claro ejemplo es la vaselina, que protege las zonas de contacto con su efecto oclusivo.

Si ya se ha producido irritación o la aparición de eccemas, deberás consultar a un médico. Las cremas antiinflamatorias con corticoides tópicos serán tus mejores aliados y, con un poco de constancia y paciencia, podrás revertir el daño causado. Eso sí, si la piel se ha inflamado o se ha producido alguna herida, puede que incluso sea necesaria la prescripción de dichas cremas junto con antibióticos.

CÓMO CUIDAR LAS MANOS

No debes lavarte las manos con agua a alta temperatura, ni excederte con la cantidad utilizada. Hacerlo puede resecar la piel, provocando incluso irritaciones, por lo que la mejor opción es el agua templada en cantidades adecuadas.

Lo mismo sucede con el jabón, puesto que, si se usa de manera desproporcionada, podría quedarse entre los anillos y dedos, favoreciendo las irritaciones. La elección del jabón también es importante. Los más adecuados son suaves y poco perfumados, sobre todo si tu piel es muy sensible o atópica.

En cuanto a los geles hidroalcohólicos, se recomienda no abusar de ellos, utilizándolos únicamente cuando no se disponga de agua y jabón, y si se está en contacto con positivos en covid-19. Tampoco uses ambos métodos a la vez. Utilizar en las manos este tipo de gel, y lavarlas luego con agua y jabón sólo conseguirá resecarlas aún más.

Finalmente, no podía faltar la crema hidratante. Esta es indispensable después de cada limpieza, sea con agua y jabón o con los geles mencionados, cuando el alcohol se haya evaporado. Incluir esta rutina antes de que las manos muestren algún daño es vital para que restauren su aspecto saludable lo antes posible. Además de seguir esta rutina, otro consejo es ponerse en manos de expertos como los dermatólogos o, incluso, visitar un centro termal para disfrutar de tratamientos adecuados para el cuidado de la piel.

Los centros de talasoterapia como El Palasiet cuentan con un amplio abanico de tratamientos para la piel, como el baño marino con hidratación corporal; así como tratamientos faciales en función de cada necesidad o tratamientos especiales en las manos, que restauran su suavidad e hidratación.