Ahora que ha terminado el mes de enero es hora de tratar de recordar qué ha sido de aquellos propósitos de Año Nuevo que dijimos que, este año sí, nos íbamos a tomar muy en serio. Uno de los propósitos más clásicos es tomarnos la vida con más calma. No ir con tantas prisas, no vivir con la lengua fuera, no tener esa sensación de que no conseguimos llegar a todo o, directamente, de que no podemos llegar a nada.

Aunque un estilo de vida totalmente slow puede ser incompatible con las obligaciones y con las rutinas que nos marcan el trabajo y las obligaciones familiares, sí que hay pequeñas cosas de esta filosofía que podemos aplicar en nuestro día a día para tratar de bajar unas cuantas revoluciones nuestro ritmo diario:

1. Camina. Intenta caminar, que no correr, en tus desplazamientos cotidianos. Y, si no puedes evitar conducir, hazlo con tranquilidad. A veces es mejor dormir cinco minutos meses y cambiar de ruta para evitar esos momentos de tanta tensión antes de llegar al trabajo.

2. ¡Tómate tu tiempo para comer! Además de sentirte más relajado, tu estómago te lo agradecerá. Incluso si tienes que comer en el trabajo, hazlo poco a poco y aprovecha para desconectar un rato junto a tus compañeros. ¡Nada de hablar de trabajo!

3. Organízate. Márcate retos y tareas realistas para cada día, tanto laborales como profesionales. Ponerte metas que no puedes cumplir solo servirá para que no desaparezca esa sensación de no poder con todo.

4. Reduce el tiempo de pantallas. Es complicado pero intentar olvidarse del móvil al llegar a casa y, sobre todo, antes de irnos a dormir, nos ayudará a descansar mejor y a sentirnos más relajados

5. Haz alguna actividad relajante. Yoga, tai chi o un buen masaje como los que ofrece Thalasso Hotel El Palasiet son perfectos para desconectar y mejorar nuestro bienestar físico y mental