Doce son las ediciones del que es uno de los desfile procesionales de la Semana Santa más peculiares de la provincia y que, con el paso de los años, ha supuesto el germen de iniciativas similares en otros municipios.

Unos 250 niños y jóvenes pertenecientes a las diferentes cofradías y hermandades de Vila-real se dieron cita ayer en la primera de las procesiones del programa para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Un colectivo que supo estar a la altura de los requerimientos de este tipo de eventos y que cargó con la docena de pasos en miniatura que procesionan por las calles del entorno de la parroquia de Santa Isabel de Aragón, de donde nació esta iniciativa en el 2008, de la mano de la cofradía de Santa María Magdalena.

El alcalde, José Benlloch, no faltó a la cita, junto a otros ediles y la Junta Central de Semana Santa.