El alcalde de Vila-real, José Benlloch, desveló ayer uno de los proyectos a los que se destinará parte de los casi 1,5 millones de sobrantes del presupuesto del pasado ejercicio 2017 que todavía estaban por asignar. Se trata de una inversión de 301.000 euros, para la adecuación del interior que se mantuvo en pie de los antiguos juzgados --buena parte de los mismos se derribó para dejar un espacio diáfano, ahora convertido en plaza--, con el fin de trasladar allí el departamento de Tesorería --ahora en un bajo de la calle Josep Ramon Batalla--, así como la Concejalía de Economía que, en la actualidad, ocupa parte de lo que fuera la Cámara Agraria.

«En la planta superior del Mercat Central, donde antiguamente se ubicaban la sala de vistas y despachos de los juzgados, tenemos 701 m2 de espacios diáfanos sin ocupar desde el traslado de las dependencias judiciales al nuevo Palau de Justícia y la demolición del viejo edificio para construir la nueva plazoleta junto al BIC de la iglesia arciprestal, hace ya unos cinco años», dijo.

El munícipe incidió en que este «es un proyecto humilde, comparado con el despilfarro de anteriores gobiernos del PP»; y explicó que incluye la habilitación de despachos administrativos, la colocación de un ascensor para garantizar la accesibilidad y la homologación de las oficinas para que puedan acoger cursos y otro tipo de acciones formativas avaladas por las administraciones».