Los escasos 10 litros de lluvia caídos en pocos minutos durante la madrugada de ayer provocaron un nuevo desbordamiento del alcantarillado en el entorno de la plaza del Llaurador. Un suceso que se repitió con el episodio de fuertes precipitaciones de la tarde aunque, tal y como confirmó a este rotativo el concejal de Servicios Públicos de Vila-real, Francisco Valverde, «no fue tan importante como el que se dio a principios del pasado mes de abril».

Una nueva situación que obligó a los servicios de limpieza viaria a retirar los restos surgidos del alcantarillado, utilizando agua a presión y detergente, con el objetivo de minimizar los malos olores que afectaron a una amplia zona de los alrededores de las calles Ermita o Cronista Traver.

Al respecto, el edil Valverde confirmó que el Ayuntamiento ya ha contratado con una empresa local, y por importe de unos 5.000 euros, la realización catas para localizar el lugar exacto que origina esta problemática que, según los técnicos, se debe a la realización de alguna actuación subterránea que obstaculiza las canalizaciones que recogen las aguas fecales y pluviales.

Valverde reconoce que «los 10 litros caídos en la madrugada del lunes no son motivo suficiente para que ocurra esto, aunque la lluvia se produzca en un espacio corto de tiempo». De ahí que justifica que se efectúen catas para averiguar «donde está la obstrucción y dar una solución».