Después de varias décadas instaladas --la maquinaria data, como recoge la información municipal, de 1989--, tanto el funcionamiento como el rendimiento de las bombas de la estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) Solaes, ubicada en el Camino Quart Sedeny de Vila-real, se han visto mermados por la entrada de sólidos en las instalaciones, especialmente cuando llueve, puesto que no existe ningún desbaste previo y los materiales, sobre todo toallitas húmedas, producen atascos por atrapamiento en los rodetes.

Como consecuencia de esta avería, el Ayuntamiento está inmerso en el proceso de contratación, por un máximo de 44.038,48 euros, del suministro e instalación de los impulsores de estos mecanismos. Tras la adjudicación, el proceso se encuentra en fase de evaluación, con un plazo para completar la actuación de 15 semanas. Dos son las mercantiles que optan a realizar esta labor. La primera es Facsa y la segunda, la firma Euler Pompak, a la que se le solicitó que aportara unos datos que no estaban bien cumplimentados en uno de los anexos.

Averías

Las bombas, recoge la documentación técnica, al succionar los sólidos del fondo «van haciendo una maraña de trapos limitando inicialmente el caudal bombeado, hasta llegar al punto de tener que sacar el equipo ya que no es capaz de impulsarlos, y se atasca completamente».

Una situación que también afecta a los ejes de las bombas al trabajar, en caso de atrapamientos, por encima de su potencia nominal. Esta es pues una de las principales causas de avería en la estación de Solaes, que cuenta con tres bombas que, en el período de 2010 a 2018, han acumulado 23.354 horas de trabajo.

La memoria recoge que esta estación recibe parte de las aguas residuales generadas en la población, que llegan por gravedad hasta el bombeo a través del colector general que trascurre soterrado por el Camí Vell de Burriana y Quart Sedeny. Desde la EBAR son impulsadas a un colector más elevado desde donde finalmente son conducidas hasta la depuradora mancomunada, de ahí la importancia de un correcto funcionamiento. Además, cualquier problema de la EBAR «incide directamente en el alivio involuntario de aguas residuales» en el Camí Vell.

Así pues, la propuesta del consistorio recoge que deberán instalarse una nueva tipología de rodetes autolimpiantes al ser la «mejor solución técnico-económica», puesto que tendrán un menor coste de mantenimiento, disminuirán las averías y así se evitará el alivio de aguas arriba de la estación.

Bassa del Poble

El consistorio también está evaluando la contratación de la sustitución de la bomba sumergida en la estación elevadora de la Bassa del Poble, así como la reparación de la antigua para su almacenamiento en el depósito municipal. Esta estación, datada de 2006 y con más de 36.000 horas de trabajo acumulado, capta el 35,87% del agua anual suministrada a la población y su bomba, según el consistorio, presenta problemas de funcionamiento que hacen prever que, junto a la vida útil de este tipo de dispositivos, deje de funcionar en breve. La inversión total será de un máximo de 30.434,40 euros.

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