Como es tradición desde hace años --no en balde han llegado a la XIV edición-- la iglesia de Santa Isabel inauguró ayer su ya rastrillo benéfico. Una cita en la que, según comentó la presidenta de la cofradía de Santa Isabel, Amelia Moner, se pueden encontrar todo tipo de artículos relacionados con las fechas navideñas, desde figuras para el árbol a piezas para el belén, nacimientos, libros o elementos decorativos como platos o material de papelería. «La mayoría son objetos que compramos a unos almacenes en Valladolid aunque también hay algunas cosas que la gente dona y están en buenas condiciones para poner a la venta», afirmó la presidenta de la cofradía que, en previsión de que no se agoten los productos que saben exitosos entre sus compradores, pide el catálogo de productos a finales de agosto para no quedarse sin género.

«Los días de montaje ya se acercaban personas para ver si podían reservar alguna de las piezas que ponemos en venta pero, por ahora, no existe esa posibilidad; existen cosas que se venden muy bien, las hay de todos los precios, y es necesario y existe la posibilidad, reponemos el producto», apuntó. Y añadió que también es costumbre que las catequistas regalen «algún ángel o nacimiento pequeño» a sus alumnos.

El objetivo, al igual que la primera vez, es recaudar fondos que cubran las posibles necesidades de Cáritas parroquial y, a partir de ahí, se destina al gasto corriente del recinto religioso porque, como explica la responsable de la cofradía «una parroquia es como una casa muy grande con sus facturas en luz o agua y que también requiere del mantenimiento propio del paso del tiempo». Y este año, si hay dinero restante irá para la organización de los festejos con motivo del 50º aniversario de la iglesia, ya que cumplirá medio siglo de historia en 2020. Por ello, la intención es programar, mínimo, una actividad al mes desde noviembre del año próximo hasta las fiestas que se llevarán a cabo en el 2021.

El rastrillo estará abierto hasta el 30 de diciembre, --«excepto algún día festivo», apuntó--, de lunes a sábado, de 18.00 a 19.30 horas, y domingos, de 10.00 a 13.00 y de 19.30 a 20.30 horas.

Pero este no es el último acto del año para la parroquia. También ayer empezaron los más jóvenes a ensayar el Belén viviente que representarán en unos días dentro de la iglesia.