Apenas una semana después de cerrar las celebraciones patronales de la Mare de Déu de Gràcia, muchos vecinos de Vila-real vuelven a las calles para celebrar otras fiestas, en este caso las de los barrios.

La música, los concursos, las demostraciones y los encuentros gastronómicos son los ingredientes de la mayoría de estos festejos, que estos días reúnen a los vecinos del barrio del Hospital, la Soledat o el Roser. Además, también la congregación dels Lluïsos celebra sus fiestas anuales. Estos últimos ayer degustaron una cena a base de conejo y pollo y recordaron los mejores momentos de su campamento en un vídeo.

En el Cristo del Hospital, numerosos vecinos se sumaron a la tradicional ofrenda al también copatrón de Vila-real, a la que siguió una multitudinaria macrocena. Mientras, en la Soledat optaron anoche por el teatro valenciano, con la representación de sainetes por el grupo Tabola.

Por su parte, en el Roser la gastronomía marcó toda la jornada, pues ya para comer degustaron la tradicional olla de la Plana y, por la noche, el tombet de bou.