Dije desde el primer momento y con toda la buena voluntad que íbamos a buscar mejorar la reglamentación que hay ahora, pero las tascas no están en discusión». Con estas palabras respondió el alcalde de Vila-real, José Benlloch, a la querella presentada contra el munícipe, la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, y los gerentes de locales de ocio de la calle Pere Molina, por supuesta prevaricación administrativa y presunto delito contra el medio ambiente, basadas en las molestias que algunos vecinos aseguran que producen estos establecimientos.

Benlloch justificó no haber respondido con anterioridad, porque no ha querido hacerlo «dentro de las celebraciones para no amargar la vida a nadie», a la vez que reivindicó el trabajo de revitalización de la ciudad llevado a cabo en los últimos años y que, en este caso, se traduce en «una explosión de negocios relacionados con la restauración».

En cualquier caso, el munícipe avanzó que estudian posibles acciones legales y no descarta «presentar una querella por injurias y calumnias y delito electoral». Y aseguró que investigará «hasta el fondo de la cuestión para descubrir los intereses políticos que esconde este ataque a la democracia que se ha producido a una semana de los comicios municipales». Y es que, para Benlloch, la presentación de la querella en estas fechas y coincidiendo con las fiestas de Sant Pasqual es «el mayor atentado contra un equipo de gobierno y un alcalde en la historia de la etapa democrática del Ayuntamiento», argumentó.

Al respecto, recordó los intentos del PP de «acabar» con él «como primer edil, en base a denuncias llenas de mentiras y basura que la justicia archivó». E incluso mostró «el panfleto que el PP repartió por las casas la noche de reflexión de las elecciones locales del 2015», en el que aparecía Benlloch en la puerta de los juzgados, en los que nunca declaró por las denuncias que ellos presentaron contra él. «Fue un intento de confundir a la ciudadanía y querer hacer ver que yo y los ediles Emilio Obiol y Sabina Escrig éramos unos delincuentes», dijo. Una estrategia que, recordó, «no les funcionó, porque los vila-realenses tiraron ese panfleto a la basura y el PP pasó de tener 12 concejales a solo seis».

SIMILITUD // Una situación que, dijo Benlloch, es muy similar a la que se está produciendo ahora, a las puertas de los comicios locales, en una apuesta de algunos de «difamar y utilizar las mentiras de forma permanente para intentar influir en el voto de la gente, como ocurre con toda la basura y falsedades» que se han vertido en torno a la actuación que han llevado a cabo «en el asunto de las tascas de la calle Pare Molina».

El primer edil hizo hincapié en que no niega «que los vecinos puedan tener molestias», pero desmintió con rotundidad que no hayan hecho nada al respecto, «porque hay un extenso expediente con las acciones desarrolladas para que esto no se convirtiera en botellón». Y recordó que en este caso se trata de locales de tardeo, «que ofrecen esta actividad de 20.00 a 22.00 horas».