A un total de 550.000 euros asciende la inversión prevista dentro de este ejercicio para la realización de varias obras y planes que, finalmente, no se acometerán en el 2017 y se incluirán con toda probabilidad para el presupuesto municipal del 2018.

La razón no es otra que la aplicación de un nuevo plan de ajuste que permita recuperar el fondo para imprevistos que el ejecutivo local creó para afrontar gastos sobrevenidos y posibles pagos urbanísticos, que nació con un millón de euros y del que el último pleno destinó 772.000 euros a abonar de facturas de proveedores y el aumento del 1% del salario de los funcionarios, entre otros.

Así lo anunció ayer el alcalde de Vila-real, José Benlloch, quien concretó que los proyectos y actuaciones previstas para este año que se aparcan temporalmante son el carril bici que tiene que unir el actual de la calle Ermita con el centro de tecnificación deportiva (134.000 euros); o los 100.000 euros reservados para subvencionar a entidades de riego «que, finalmente, no se utilizarán porque Intervención lo ha bloqueado en un par de ocasiones alegando que el Ayuntamiento no tiene competencias en el tema del agua», afirma Benlloch.

PLANES // También se incluyen en la medida los 120.000 consignados para posibles planes de empleo; la primera fase de la reforma del jardín de la Muntanyeta (50.000), frente al pabellón Bancaixa; los 110.000 que se calcularon para abrir las instalaciones de Aquaesport; o los 40.000 que se destinaban a aparatos de gimnasia para un espacio al aire libre.

«Nos duele mucho tener que renunciar a algunas ideas muy interesantes, pero vista la situación actual no tenemos otra opción más que renunciar a llevar a cabo estas iniciativas en el presente ejercicio, por cuanto nos vemos abocados a pagar, a causa de la nefasta gestión urbanística del PP, casi cinco millones de resoluciones del Jurado Provincial de Expropiaciones y otros cinco millones de la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) por el solar del jardín Botànic Calduch», explicó el alcalde Benlloch.

El munícipe justifica la toma de esta decisión en su negativa a solicitar prestamos importantes «con los que superaríamos el 75% de endeudamiento y pasaríamos a estar intervenidos por el Estado, que nos obligaría a subir los impuestos y a despedir personal».

Además, Benlloch hizo hincapié en que a la hora de aplazar las siete iniciativas «se han tenido en cuenta dos premisas: si el asunto podía esperar y si se podían buscar y obtener ayudas de otras administraciones, con el fin de reducir el coste para la ciudad».