Completar proyectos que, pese a incluirse en los programas electorales del PSPV-PSOE en el 2011 y en el 2015, no han podido hacerse realidad, «en su mayoría ante la incapacidad económica que tenemos, a causa de las sentencias urbanísticas derivadas de la gestión del anterior ejecutivo local del PP», es la meta del alcalde de Vila-real, José Benlloch.

Una meta que, para alcanzarla, el munícipe tiene decidido que volverá a aspirar, en mayo del 2019, a lograr la confianza de los ciudadanos para mantenerse en la alcaldía por un nuevo periodo --el tercero-- de cuatro años más. «Tras caso ocho años en el cargo, me siento más y mejor preparado para gestionar bien una situación que podría llevar a la quiebra a la ciudad», señala. Y asegura que en estas dos legislaturas «apenas habremos podido completar el 30% de nuestro programa, porque el 70% restante lo hemos tenido que destinar a administrar la herencia recibida y los empastres del PP».

Entre los proyectos en los que Benlloch quiere seguir trabajando para hacerlos realidad están el plan de reindustrialización, la mejora del transporte público en la ciudad, la creación de una bolsa de viviendas sociales «hasta ahora inexistentes en el municipio»; o la regeneración y puesta en valor de la orilla vila-realense del río Millars, una iniciativa que incluye la habilitación de un embarcadero para piraguas y la puesta en marcha de otras medidas tendentes a generar economía aprovechando el recurso fluvial de manera sostenible.

Respecto al plan de reindustrialización, el alcalde hace hincapié en que «ya se están logrando buenos resultados, porque hay empresas que invierten millones de euros en la ampliación de sus instalaciones y, además, hay otras que se interesan por establecerse en nuestra ciudad».

FACTURAS DE PIAF // Otro de los asuntos que preocupa al actual munícipe socialista es el relativo al contencioso por las facturas irregulares de Piaf. «No sé si antes de acabar esta legislatura se habrá fallado algo sobre estas facturas y este equipo de gobierno y yo mismo fuimos quienes decretamos la anulación de los 600.000 euros de recibos falsos emitidos por esta empresa por trabajos que los técnicos certificaron que no se habían realizado», indica el munícipe.

«No quiero cargarle a otro alcalde este marrón, porque en función de cuál sea la sentencia, el administrador concursal de Piaf puede seguir reclamándonos o no ese dinero», añade.

«Me apasiona poder llevar a cabo varios de las grandes iniciativas con las que concurrimos a las elecciones, que hasta ahora no he podido cumplir», asevera.