"No es normal que a las primeras de cambio, sin que aún se haya pronunciado ningún juez, nos lleven a declarar como presuntos delincuentes". Así de rotundo se ha mostrado este jueves el alcalde, José Benlloch, después de comparecer como investigado por la conocida como querella de las tascas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vila-real.

Tanto el primer edil como la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, estaban citados ante la justicia después de que una comunidad de vecinos de la calle Pare Molina les denunciara en el mes de mayo por, supuestamente, no actuar para minimizar los ruidos de los establecimientos y no atender las quejas de los residentes, por lo que les imputaron un delito de prevaricación administrativa y contra la ordenación del territorio y el medio ambiente.

El munícipe, que ha abogado en todo momento por "generar convivencia" entre el desarrollo de estas actividades comerciales y el descanso vecinal, ha lamentado el uso electoralista de la querella, ya que se hizo pública el día de Sant Pasqual, el patrón de esta ciudad (17 de mayo), durante la campaña de las elecciones locales, por lo que la demanda tuvo "una intención clara de influir en el voto de los ciudadanos".

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