El alcalde de Vila-real, José Benlloch, plantea elevar a la Fiscalía de Castellón el caso de cuatro viviendas que están en ruinas y para las que se lleva varios años intentando que su dueño las derribe.

Se trata de cuatro casas ubicadas en la calle Vicent Sanchis, que eran propiedad del Banco de Castilla La Mancha, entidad financiera que fue adquirida por otra, lo que dificulta, como explican fuentes del Ayuntamiento, «contar con un interlocutor válido, pese a que se han abierto varios expedientes al respecto».

El planteamiento de llevar el asunto ante el Ministerio Fiscal obedece, según explicó Benlloch, a que podría tratarse de un caso de «imprudencia» con peligro de derivar en problemas de salud al vecindario, a causa de las humedades que afectan, en especial, a una de las viviendas anexas.

«Vamos a ver qué podemos hacer, pero estoy estudiando enviarlo a la Fiscalía, algo que no he hecho nunca, pero aquí puede pasarle algo a una persona», dijo.

El residente en la casa afectada por humedades, como consecuencia de la retirada meses atrás de las tejas que cubrían uno de los inmuebles en ruina, aseguró ayer a Mediterráneo que «hace unos días vinieron unos chicos que me comentaron que estaban haciendo un presupuesto para derribar estas casas».

CAMBIO DE DUEÑOS // Y es que todo indica que, de nuevo, la propiedad de estas viviendas ha cambiado, a tenor de la existencia de un cartel de venta de parcela de la inmobiliaria Haya Real Estate, vinculada a Bankia y a Liberbank, entidad esta que adquirió el Banco de Castilla La Mancha.

De hecho, en la oferta inmobiliaria se indica que la propiedad corresponde a Liberbank y que se venden en dos lotes: uno que agrupa tres de las casas, con una superficie de 276,60 m2 y un precio de 258.100 euros; y un segundo, con el edifico restante, de 95 m2 y 88.700 euros. En total, la parcela resultante de todos ellos es de 371,60 m2 y suma un precio de algo más de 346.000 euros.

Precisamente, el alcalde Benlloch destacó que el problema del abandono de inmuebles «es un auténtico drama en la ciudad, que no tiene una solución de futuro porque son antieconómicos». Y añadió que «por el mismo coste de una casa en ruinas, su derribo y la construcción de una nueva, hoy en día compras un chalet, atendiendo a los precios de mercado actuales».

Es por ello que, como ya le transmitió el pasado mes de septiembre al conseller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau, el munícipe aboga por que la Generalitat saque una línea de ayudas para rehabilitar edificios abandonados --el problema afecta mucho al centro urbano-- para poder sacarlos al mercado del alquiler.