El alcalde de Vila-real, José Benlloch, plantea la posibilidad de reducir la parcela mínima que ahora se exige para edificar en todo el área residencial del Madrigal y que la normativa urbanística municipal establece en 700 m2.

En declaraciones a Mediterráneo, el munícipe hace hincapié en la dificultad para dar una solución definitiva a esta zona, «en la que no solo tienen algo que decir el Ayuntamiento y el nuevo agente urbanizador, sino también los propietarios de solares».

Y para facilitar cualquier intervención futura, Benlloch apuesta por abrir la puerta a «redefinir el Madrigal y plantearse la posibilidad de modificar la edificabilidad en algún punto, porque hay espacios determinados que podrían atraer inversiones y para facilitar eso a lo mejor no es necesario que la unidad mínima para edificar sea de 700 m2».

Incluso el alcalde apunta a una «mejor rentabilización del terreno, permitiendo construir en espacios determinados inmuebles de un par de alturas». Algo que podría aplicarse en las unidades del Madrigal más próximas al grupo de viales que surgieron en torno a la calle Encarnación, en el área más próxima al río Millars y a la vecina ermita de Santa Quitèria, en Almassora, donde años atrás ya se permitió levantar algún bloque de viviendas de, incluso, cinco alturas que conviven con los masets anexos y naves industriales abandonadas.

«Este es un debate que estoy dispuesto a iniciar, porque tenemos en nuestras manos una de los mejores espacios para vivir de toda la provincia de Castellón, a un par de kilómetros --en su punto más alejado-- del casco urbano y con un carril bici que facilita las conexiones, por lo que creo que toca cambiar las normas para que esta no sea una zona absolutamente exclusiva y trabajar para atraer a gente que quiera vivir en un lugar privilegiado y con calidad de vida», asevera.